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Kevin pone el foco en la salud mental: "Te ayuda a centrarte, a relativizar y no castigarte tanto"

ElDesmarque

Kevin Vázquez, canterano del Celta de Vigo, puso el foco de atención en la salud física y mental para poder ser feliz. El defensa subrayó lo importante que es hacer deporte y tener buenos hábitos alimenticios para tener un buen estado anímico que está directamente relacionado con la salud mental. El de Nigran sigue trabajando con el psicólogo que le ayudo durante sus años en el Celta B. Una etapa que recuerda con cariño pero también por el largo tiempo que tuvo que estar esperando para dar el paso al primer equipo. De ahí que trabajar con un psicólogo le ha venido muy bien en su vida, tanto a nivel profesional como personal: "Es importante para darte cuenta que tienes que ser feliz para seguir tu vida como tiene que ser".

En una entrevista en Muvers Uvigo recomendó a la gente hacer deporte y alimentarse bien porque "el estado anímico es mucho mejor". Apuntó que desayunan y comen en el Celta con "unas pautas". "Tenemos un nutricionista y los cocineros que saben cómo se hacen las cosas; sin fritos, sin salsas. Comemos mucho cocido, crudo; mucha ensalada y verdura. Es la pirámide alimenticia basada en la australiana", señaló Kevin. El control del club con el porcentaje de grasa es muy estricto y la plantilla se pesa todos los días porque "la alimentación es importante para nuestro rendimiento".

También trabaja con "un psicólogo que trabajó conmigo en el Celta B. Es muy importante para mí. A mí me ha ayudado mucho porque la competición te exige mucho y la cabeza no para. Te ayuda a centrarte, a relativizar y no castigarte tanto". "Es importante para darte cuenta que tienes que ser feliz para seguir tu vida como tiene que ser", añadió el de Nigrán.

Kevin Vázquez celebra su gol al Algar (Foto: RCCV).

Destacó que él no eligió el fútbol, fue al revés: "El fútbol me eligió. Con cinco años en el colegio ya jugaba; después pasé al Areosa y en juveniles llegué al Celta. Fue un año muy importante para mí porque debuté muy prematuro, con 16 años". Llegar tan pronto al Celta B y tener las puertas del primer equipo cerradas durante años le provocó frustración porque "veías compañeros que estaban jugando contigo y daban pasos adelante. Había momentos en los que miraba hacia ellos con cierta envidia". Al final "tuve la recompensa tarde pero la tuve porque otros no pueden decir lo mismo", señaló Kevin Vázquez.

El gran sacrificio que hace un jugador de fútbol desde adolescente es el "tiempo". "Creo que es un valor que se nos escapa y a veces no pensamos que el tiempo tenga tanto valor. Yo lo valoro muchísimo; el tiempo para estar con la familia, con la novia o los amigos". "Cuando están cenando, saliendo de fiesta o jugando tú con 17 años estás viajando, durmiendo para jugar al día siguiente... pero tiene sus recompensas", explicó.

"Jugué dos minutos en Ipurúa contra el Eibar. Entré con 2-2 y en ese minuto nos metieron el 3-2. Es egoísta decirlo pero yo salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja", confesó Kevin ya que "en el vestuario estaban todos cabreados y tristes por perder, pero yo en ese momento era el hombre más feliz del mundo". Con un Celta B con el que jugó dos fases de ascenso a Segunda División: "No se hizo nunca, veníamos de luchar por no descender a luchar por ascender y casi lo conseguimos".

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