El Celta de Vigo está virtualmente salvado con una pírrica victoria en el tiempo de descuento. Joseph Aidoo, a centro de Cervi, permitió al equipo sumar tres puntos ante el Elche para alcanzar los 39. Esa es la lectura positiva del partido, la única con el desparpajo de Miguel Rodríguez porque los nervios han agarrotado a un equipo que hace escasas semanas estaba a dos puntos de la séptima plaza. El objetivo está cumplido, con siete partidos por delante, al Celta le faltan dos o tres puntos para cerrar la permanencia. Por delante queda un profunda reflexión sobre un proyecto, el de Luís Campos, que tiene muchas más sombras que luces. Sus fichajes no han aportado prácticamente nada a un equipo sin juego, consistencia ni ideas en las últimas jornadas. Los siete partidos sin perder de Carvalhal parecen un lejano recuerdo tras los partidos ante Almería, Mallorca, Sevilla, Real Madrid y Elche.
Carlos Carvalhal había ido avisando de la mejoría física de Gonçalo Paciencia en las últimas semanas. El delantero portugués se convirtió en el primer recambio de Seferovic en los partidos contra Sevilla, Mallorca y Real Madrid. Este miércoles pasó a ser titular por cuarta quinta vez en la temporada. Nada más arrancar el duelo ante el Elche tuvo la primera ocasión.
Pepiño, para el vestuario celeste. 🪨 La Roca Aidoo, para todos.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 26, 2023
Activo bajando balones, buscando el gol y ayudando a sus compañeros de ataque. Se fue sin el premio de celebrar un tanto dando entrada a Larsen. El noruego tuvo una ocasión pero tampoco mojó. Lo mismo con un Iago Aspas que no marca desde el 18 de marzo. Fue Joseph Aidoo el autor del tanto de la victoria sobre la bocina. El ataque celeste sobrevive con tres 'nueves' que no marcan.
El Celta se las prometía felices con un arranque donde tuvieron hasta tres ocasiones claras de gol. El Elche parecía un juguete roto, el reflejo de los míseros 13 puntos con los que arrancó el duelo. Diez minutos le duró a los de Carvalhal el empuje. A partir de ahí los de Beccacece se asentaron sobre el césped de Balaídos teniendo buenas ocasiones que no encontraron la meta de Villar. Sufría el Celta ante el colista, un manojo de nervios que hacía aguas por sus costados.
No se amilanó el Elche en todo el partido. Con todo perdido no hay nada que temer. Han asimilado su descenso y en Vigo, al menos, en lugar de depresión por la pésima temporada encontraron liberación en su fútbol. La derrota no fue un resultado justo para los de Beccacece aunque es cierto que de sus doce disparos solo uno fue entre los tres palos.
Balaídos soportaba un partido de ida y vuelta que nada interesaba a los intereses celestes. Solo la mayor calidad de los pupilos de Carvalhal les permitieron gozar de mejores oportunidades de gol. A este Celta le cuesta dominar el juego a través de la pelota. El equipo no está cómodo con ella y se le nota. Se precipita buscando la portería rival porque no tiene argumentos para atacar en estático.
La falta de calidad que ha sacado a relucir en más de una ocasión Iago Aspas, tras las salidas de jugadores como Brais Méndez y Denis Suárez, ha convertido a los vigueses en un equipo sin ideas en tres cuartos. Solo las arrancadas de Carles Pérez dieron algo de vértigo al juego del equipo. Gabri Veiga y Luca de la Torre estuvieron grises.
Cuando nada sale, y más contra un colista ya desahuciado, no quedaba otra solución que jugársela con todo. Óscar Rodríguez, Miguel Rodríguez y Cervi entraron en el último cuarto de hora para buscar un gol. Miguel, en una jugada individual, lo rozó con un duro disparo desde fuera del área.
El tanto llegó con un centro de Franco Cervi pasado el minuto 90. Aidoo cabeceó al fondo de las mallas. Llegó la explosión, más de liberación que de felicidad, desde el banquillo. Carvalhal mostró su nerviosismo en la banda por el juego del equipo y las ocasiones falladas por sus jugadores.