A Agustín Marchesín le cambió la vida el pasado 3 de febrero. El guardameta del Celta se lesionó de gravedad y tuvo que ser intervenido de una rotura en el tendón de Aquiles que se produjo durante el entrenamiento. Seis meses y medio después, el portero logró el alta médica con el Celta acortando los plazos inciales de recuperación. Pero el camino no ha sido fácil y el club celeste ha mostrado un breve resumen de lo que ha sido su arduo trabajo en estos largos meses en los que el argentino ha aprendido una auténtica lección de vida.
Marchesín explica que "nunca me había lesionado, esta es mi primera vez y tocaba trabajar para volver como antes a ser lo que soy, con la ayuda de toda esta gente que nos ayudan (cuerpo médico)".
Trabajando en el gimnasio, en la piscina o con un simple paseo, el guardameta logró acortar los plazos de recuperación y aún se emociona al recordar un momento destacado de este periodo.
"Cuando me tocó caminar por primera vez con mi señora, me emocioné después de tanto tiempo sin andar... uno está costumbrado a algo tan simple para muchos y no valoramos... cuando me tocó solamente caminar fue algo increíble", ha asegurado Marchesín.
Asimismo, el portero celeste asegura que, tras su lesión, "me quedé con la sensación amarga de que la gente tiene una imagen mía que no es la que ha sido durante toda mi carrera". "He estado en cuatro clubes anteriormente y me ha ido de maravilla, quiero dejar una buena imagen acá en Vigo y ojalá la vuelta sea pronto. Me tocó llegar en un momento difícil de mi vida con un tema familiar, pero no es excusa, uno siempre tiene que dar lo mejor en el trabajo", ha aseverado el portero del conjunto vigués.
Gran arquero, si supero su problemas personales, los demas compiten para ver quien es el suplente