El Celta de Vigo llegó al estadio de Balaídos acompañado de miles de aficionados que no dudaron en mostrar su apoyo a un equipo que peleará por clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey este martes 23 de enero. 1.909 días después regresaba este torneo al municipal vigués. Tras meses de sinsabores el celtismo era consciente de la importancia de un partido que ha disparado la ilusión en la ciudad. Bengalas, humo, fuego y miles de gargantas recibieron al autobús del equipo a su llegada al coliseo olívico.
Aunque el Celta intentó que el recibimiento fuese por la Calle Fragoso las autoridades competentes establecieron que el autobús llegase al estadio desde la Avenida de Balaídos con dirección a la Rúa dos Olímpicos. En el lateral de la Grada de Gol se juntaban los aficionados vigueses esperando a sus jugadores. El autobús llegó, en medio de una importante humareda por las bengalas encendidas, a la explanada de la Grada de Tribuna. Allí bajó Rafa Benítez junto a sus futbolistas para recibir el cariño y apoyo de su afición.
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— RC Celta (@RCCelta) January 23, 2024
En la previa Rafa Benítez, que ya sabía que las peñas del Celta estaban organizando el recibimiento, confesaba que "tenemos una gran ventaja, que jugamos en casa con nuestro público. Es una situación de ilusión, de que lo hemos hecho bien en la Copa y esto sería el hacerlo aún mejor. El público viene a ayudar al equipo en plan positivo. Tenemos muchos factores a favor: campo, público, ilusión y motivación". El celtismo ha marcado el primer gol de la eliminatoria con este recibimiento.
Desde dos horas antes del inicio del partido, y bajo un amplio dispositivo policial, la afición se agolpó en el exterior del estadio para esperar al autobús del equipo, que tuvo que reducir su marcha a la altura de Balaídos.
El Celta no alcanza unas semifinales de la Copa del Rey desde la temporada 2016-17, cuando fue derrotado por el Deportivo Alavés en Mendizorroza, apenas cuatro días después de caer frente al Manchester United en la semifinal de la Europa League.