El Celta de Vigo es el equipo con peores horarios de LALIGA EA SPORTS. Los vigueses han afrontado un total de 17 partidos, de las 28 jornadas cuyos horarios se conocen, en viernes, lunes u horario de comer. Las 14.00 horas, como volverá a suceder este próximo sábado en el José Zorrilla ante el Real Valladolid, se ha convertido en el 'horario Celta de Vigo'. Por ello el celtismo ya está habituado a comer durante el partido. Bocadillos de tortilla de patata, jamón serrano, de pollo o empanadillas son habituales en la grada y en los alrededores de Balaídos.
"No hay otro remedio, con estos horarios", asumía resignado un aficionado del Celta. Reconocía que ya había probado bocatas de tortilla, jamón y queso o lomo y queso.
Con humor se lo tomaba otro aficionado, "joder, qué coñazo, me voy a tener que tomar otro bocadillo de lomo con queso". Después de las risas reconocía que comer bocadillos "no es lo mejor pero son los horarios que pone LaLiga". En este caso sería el descanso el mejor momento para comer, otros aficionados confiesan que con los nervios prefieren comer antes o después del partido.
Napolitanas de jamón y queso "porque no me daba tiempo a hacer el bocata" fue la apuesta de una aficionada del Celta. Siempre irónico otro celtista recordaba que "llevamos una dieta del bocadillo maravillosa aquí en Balaídos".
Este mismo aficionado se quejaba de las normas de seguridad que impiden meter en el estadio cualquier cosa que no sea un bocadillo, una empanadilla o una hamburguesa: "Me da igual, un túper, un poke... lo que sea".
Locales como el Carballo, con sus famosas tortillas y empanadillas, o el Paparra, con su también famoso pollo americano o lomo americano, son algunas de las opciones más socorridas por el celtismo. También hay bocadillos hechos en casa o comprados en los supermercados de alrededor de Balaídos.
También hay bastante resignación: "Uno se cansa de esto, siempre a las dos mientras que el Madrid y el Barca juegan a las nueve". Ya después del partido, dependiendo del resultado del Celta, se puede celebrar con "unas cervecitas" para acabar de digerir el bocada de tortilla, que es la estrella de Balaídos.