Con la mirada puesta en el horizonte de la historia, el Manchester City persigue su primera final de la UEFA Champions League con la ventaja del 1-2 logrado en el Parque de los Príncipes ante un PSG que se obstina con fe en la remontada como receta para lograr su segunda final consecutiva.
Los dos clubes que representan mejor que nadie el sustento estatal del Golfo Pérsico al fútbol de alto nivel miden sus fuerzas con sus planteles a pleno rendimiento, con cierta ventaja para los ingleses por la renta de la ida.
Pero son días agitados en Mánchester y el incidente en Old Trafford que supuso la suspensión del Manchester United-Liverpool también ha salpicado al Etihad Stadium. El City no pudo celebrar ayer el título de la Premier League y tendrá que esperar mínimo una semana más para llevarse su séptima liga inglesa.
Este trofeo, el segundo de la temporada, no hubiera alejado el foco de lo verdaderamente importante para los de Pep Guardiola. Europa es el objetivo principal de un entrenador que ya ha empezado a manifestar su amor por la 'Orejona' y que hace unos días la calificó como la "competición más bonita".
El técnico catalán busca su tercera final de la Liga de Campeones, la primera desde 2011.
El City tendrá un partido de control tras el 1-2 de la ida. Un encuentro para demostrar por qué estuvieron más de 700 minutos imbatidos en Europa y por qué son el equipo menos goleado de la Premier. Su once no debería variar de lo visto en el Parque de los Príncipes y es que ya en París los celestes jugaron con su once de gala.
Una alineación sin 'nueve' que sorprendió y que fue criticada durante los primeros 45 minutos, pero que acabó siendo reconocida cuando el Manchester City le dio la vuelta en la segunda parte.
Guardiola cuenta con la opción, además, de lograr más velocidad, para cazar al contraataque a un PSG que deberá irse para arriba para levantar la desventaja.
Raheem Sterling y Gabriel Jesús, aunque no estén en su mejor temporada, son puntales importantes para penetrar en la defensa parisina.
La plantilla y el cuerpo técnico del PSG se han obstinado en los últimos días en insuflarse la fe de que la remontada es posible, desde el técnico argentino, Mauricio Pochettino, hasta todos los integrantes de la plantilla.
Con todo su equipo al completo, salvo el sancionado Gueye, expulsado en la ida, la duda reside en Kylian Mbappé, que sufrió una contractura en París que le impidió jugar el pasado sábado, pero cuyo concurso en el Ethiad se da por descontado.
El campeón del mundo se entrenó en el gimnasio en la última sesión, pero hay pocas dudas de que estará en el duelo más importante de la temporada para los parisienses.
Es el máximo goleador del equipo y aunque en el Parque de los Príncipes no está siendo determinante, el club cuenta con la magia que ha mostrado en los desplazamientos en el exterior, tanto en Barcelona como en Múnich.
Con su futuro colgado de un hilo, su negativa a prolongar su contrato, que finaliza tras la próxima temporada, la afición espera de nuevo a un gran Mbappé y que contribuya a engrandecer al club para que no tenga ganas de cambiar de aires.
En el buen rendimiento del equipo fuera de su estadio reposan buena de las esperanzas del PSG de superar la eliminatoria, pero también en el buen primer tiempo que mostraron en la ida.
La baja de Gueye ofrece a Pochettino, que busca su segunda final, dos opciones: Bien le sustituye por Danilo Pereira, que formaría pareja en el centro del campo con el argentino Leonardo Paredes, bien retrasa la posición del italiano Marco Verratti, lo que daría entrada en el ataque al alemán Julian Drexler.
Esta opción posicionaría a Neymar como enganche con el ataque, puesto que normalmente viene ocupando el transalpino.
Esta segunda opción parece más ofensiva y quizá más apropiada para un equipo que debe marcar al menos dos goles si quiere soñar con clasificarse.
Una opción que el mismísimo Neymar se ha obstinado en los últimos días en alimentar, con declaraciones a la web del club en las que indica que "cada parisiense debe creerlo" y en las que se presenta como "el primer guerrero que irá al combate por el bien del equipo".