Con la misma fe que le ha llevado contra pronóstico hasta los octavos de la Champions League, el Lille persigue el milagro de remontar el resultado adverso de la ida contra el campeón de Europa (0-2). El Chelsea se presenta en la ciudad norteña en un momento crítico, con sus activos congelados por las medidas adoptadas contra Roman Abramovich a causa de la guerra de Ucrania.
La prueba de que nadie da la eliminatoria por perdida es que el estadio Pierre Mauroy se llenará por segunda vez en toda la temporada. Ya lo hizo cuando recibió al PSG y, en los tres duelos de la fase europea de grupos, cuando quedaron libres 10.000 de los 48.000 asientos. La ciudad espera la sorpresa ante un rival en pleno río revuelto a causa de los problemas que atraviesa su actual propietario y en ese clima esperan dar la campanada.
El campeón de Francia está sumido en las críticas permanentes. Lo más preocupantes es su juego ofensivo, del que el duelo del pasado viernes contra el Saint-Etienne, en puestos de descenso, fue un buen ejemplo (0-0). El Lille es sexto de su campeonato, a cuatro puntos de puestos europeos y a siete de repetir en la Liga de Campeones. Los nordistas demuestran una patente irregularidad y firman un peor balance ofensivo que cuatro equipos que están por detrás en la tabla.
El técnico, Jocelyn Gourvennec, es consciente de que su trabajo es observado con lupa pero asegura que su equipo "es capaz de superar desafíos" y que estarán "movilizados al 300 %" para medirse al Chelsea. Tendrá que hacerlo sin su estrella, Renato Sanches. El jugador portugués lesionado en los isquitibiales y cuyo puesto puede ser ocupado por el sueco Grabriel Gudmundsson. La gran incógnita será quien acompañará al canadiense Jonathan David en el ataque: el turco Burak Yilmaz o el veterano francés Hatam ben Arfa.
El Chelsea aterriza en este encuentro en el momento institucional más complicado de su historia. Y lo de aterriza puede ser metafórico, porque con los activos del club congelados. Sin embargo, el técnico germano Thomas Tuchel ya avisó de que si no pueden ir en avión a Francia por la limitación de gastos, él mismo conducirá un autobús. Esta es la realidad de los 'Blues', que esperan como agua de mayo que el Gobierno les dé el visto bueno a la venta del club para poder retomar la normalidad.
La buena noticia para el Chelsea es que, desde que Roman Abramovich anunció su intención de vender el club, el equipo no ha perdido. Cuatro victorias en cuatro partidos, incluidos los dos encuentros tras la sanción del Gobierno, ante el Norwich City y el Newcastle United. La incertidumbre que rodea al Chelsea, que tiene la renovaciones de contrato en el limbo y que puede verse abocado a la ruina si la venta del club no se reanuda, tiene a los jugadores preocupados, pero comprometidos.
Sobre todo a un Kai Havertz que lleva cuatro goles en los últimos tres encuentros. El alemán, ante el inadaptado Romelu Lukaku, ha cogido las riendas en ataque y se ha convertido en el delantero que el Chelsea lleva años buscando. Su versatilidad y polivalencia se complementen con el resto de opciones que Tuchel tiene en ataque, como Mason Mount, Christian Pulisic o Hakim Ziyech.
Tuchel llega sin grandes bajas a Francia, con las ya conocidas de Ben Chilwell y Reece James, que se ha perdido los dos últimos partidos. De pasar de ronda, el Chelsea se meterá entre los ocho mejores de Europa por segunda vez consecutiva, algo que no consigue desde las temporadas 2010/2011 y 2011/2012.
Con el visto bueno del Gobierno a que cobren los premios por las competiciones jugadas, avanzar en Europa es incluso más importante que antes, ya que por este dinero puede pasar la supervivencia del club.
Lille: Jardim; Celik, Fonte, Botman, Djalo; Bamba, André, Xeka, Gudmundsson; David y Yilmaz o Ben Arfa
Chelsea: Mendy; Azpilicueta, Silva, Rudiger, Christensen, Alonso; Kanté, Kovacic; Mount, Ziyech y Havertz.
Árbitro: Davide Massa (ITA) Hora: 21.00 (20.00 GMT). Estadio: Pierre Mauroy.