El Manchester City pasó el mal trago y estará en el sorteo de los playoffs de la Champions League. Tras una etapa muy irregular del conjunto inglés, los de Pep Guardiola lograron remontar su partido correspondiente a la última jornada de la liga clasificatoria ante el Brujas.
El técnico español, preso de los nervios, volvió a autoarañarse en la cabeza y en la cara. Hemos analizado esta reacción con María Aguirre, psicóloga deportiva, y hasta qué punto podría afectar esto a los resultados del equipo en ElDesmarque Madrugada.
El Manchester City tiene una misión complicada. Tras no clasificarse entre los ocho primeros en la Champions League, quieren dar la vuelta a la situación y colarse en los octavos de final superando el playoff. Entre los rivales en los que ya piensan están nada más y nada menos que el Bayern de Múnich y el Real Madrid. Además, y solo por si esto ya no fuera suficiente, jugarán la vuelta en el estadio rival, es decir, en el Allianz Arena o en el Santiago Bernabéu.
Pero para llegar hasta este punto han sufrido, y mucho. El bache que atraviesa el conjunto citizen ha pasado factura a Pep Guardiola que, preso de los nervios, ha repetido una imagen preocupante: arañazos en su cabeza y en su rostro tras los partidos.
María Aguirre, psicóloga deportiva, analiza esta conducta en ElDesmarque Madrugada: "No hay una buena respuesta emocional a los estímulos que a día de hoy están aconteciendo", comenzaba explicando. "Los altos niveles de estrés y de ansiedad están siendo muy difíciles de gestionar por lo tanto tiene este tipo de estímulos un poco inmediatos e incluso de manera irracional que tratan de calmar el malestar de la sensación de nervios tan extrema".
"Las expectativas también aumentan esa ansiedad y puede tener repercusión en los jugadores, afectar directamente", terminaba diciendo.