El Aston Villa tiene pie y medio en cuartos de final de la Champions League. El equipo de Unai Emery ha asaltado el Estadio Jan Breydel ante un Brujas que se ha hecho un lío importante en los minutos finales, pese a que empató la desventaja inicial y tuvo varias ocasiones para ponerse por delante en el marcador.
El partido empezó por todo lo alto. Apenas se habían disputado 2 minutos cuando Leon Bailey aprovechó una acción a balón parado para adelantar al Aston Villa, con Tyrone Mings ganando el balón por arriba, para hacer el primer gol del partido. La eliminatoria se ponía de cara para los ingleses, pero apenas 10 minutos después la empató el Brujas: Tzolis se adentró en el área por la izquierda y se la dejó en bandeja para Maxim De Cuyper, que la puso al palo largo de primeras para hacer el 1-1.
Se igualó el marcador y se igualó a partir de ahí el partido, con menos control del Aston Villa de lo que se podía prever. De hecho, la mejor antes del descanso la tuvo el Brujas, pero Dibu Martínez sacó una mano abajo sensacional al disparo de Talbi.
Pocos en el Jan Breydel podían imaginar el resultado final mientras vislumbraba lo que acontecía en el segundo acto. El Brujas acumuló varias ocasiones claras: una buena parada de Dibu Martínez, una salvada espectacular de Mings a Vanaken y un disparo arriba de Tzolis con todo a favor. Los ingleses apenas se habían prodigado en ataque, si bien es cierto que Mignolet sacó una mano espectacular a Asensio.
El caso es que el cuadro belga, que compitió de maravilla durante todo el partido, acabó regalando el pase de forma incomprensible en los minutos finales. Brandon Mechele se metió en propia puerta un centro de Morgan Rogers desde la derecha en el 82' y Tzolis falló un control en su área para derribar a Cash, cometer un absurdo penalti y que Marco Asensio anotara el tercero en el 86'. En un abrir y cerrar de ojos, eliminatoria vista para sentencia.