Mucho han cambiado las cosas durante la última década, aunque algunas parezcan inamovibles. La Copa del Rey siempre ha sido un torneo propicio para las sorpresa, para el gozo de equipos pequeños que se miden cuerpo a cuerpo a grandes trasatlánticos y, en ocasiones, hasta son capaces de superarlos.
Así es como se situó en el mapa futbolístico la AD Alcorcón. Fue en 2009 cuando los de Anquela sorprendían a propios y extraños logrando superar por 4-0 a todo un Real Madrid, dirigido entonces por Manuel Pellegrini. Ni siquiera en la vuelta los blancos lograron salvar la deshonra, ganando en el Bernabéu únicamente por 1-0. Una temporada perfecta para los alfareros, que también lograrían el ascenso a LaLiga SmartBank, de la que ya no han bajado.
También el Real Zaragoza sufriría su propio ‘alcorconazo’. Sería dos temporadas después, en la 2011/12. Los madrileños habían superado a un partido a Sabadell y Numancia, mientras que los aragoneses, todavía de Primera, iniciaban su andadura en aquella edición de la Copa. La ida, en Santo Domingo, se saldó con empate, 1-1, merced a los goles de Ortí y Riera. En la vuelta, todo parecía ir sobre ruedas para los blanquillos hasta que llegó el minuto 86. Otro gol de Riera daba el pase al Alcorcón, que aún lograría otro tanto, por mediación de Quini en el 89. Aquella sería la sentencia para Javier Aguirre, que no volvería a dirigir al Real Zaragoza.
Ahora, después de todas las vueltas que ha podido dar el mundo durante una década, Alcorcón y Real Zaragoza vuelven a verse las caras en Copa. Lo hacen, eso sí, como iguales, dos equipos de Segunda inmersos en problemas para salvar la categoría. Y como no todo cambia, Juan Antonio Anquela volverá a ser uno de los protagonistas tras regresar al equipo madrileño nueve temporadas después de su partida.
Aquí nos damos cuenta la caída libre del Zaragoza. Desde entonces el Alcorcón se mantiene en la liga Smarkbank y el Zaragoza cada año peor, dando tumbos y numerosos cambios de personal, futbolistas, entrenadores, directores, etc..en cambio en la dirección fundación siguen los mismos. No hay nada que hacer, salvo que se marchen cuando ya todo definitivamente este todo perdido