El Cádiz CF cae eliminado de la Copa del Rey. Lo hace en un partido donde le faltó su intensidad habitual y donde pagó caros sus errores defensivos. Lo peor, sin duda, fue la lesión de Akapo. Otra consecuencia nefasta de una competición que no le aporta nada al club gaditano.
La Copa es un torneo diferente y será por eso que el Cádiz en este caso sí llevaba la iniciativa. Pisaba el área del Girona a través de Jairo y Álvaro Giménez, con Pombo y Adekanye muy activos en las bandas. Los locales no presionaban y era un partido abierto. Nada que ver con lo que se suele ver en los campeonatos de LaLiga Santander o LaLiga SmartBank.
El Girona vio cómo se le anulaba un tanto a Ramalho por fuera de juego al filo de la media hora. Los dos equipos llegaban con cierta facilidad y en el equipo amarillo se dejaba ver Adekanye con buenas conducciones y algún robo de balón, algo que hablaba de una implicación defensiva que no había mostrado en partidos anteriores.
En el cuadro amarillo no había mucha continuidad en el juego porque faltaba precisión en los pases. Las recuperaciones en la medular no se convertían en oportunidades porque o bien fallaba el primer pase o el posterior centro. Así, pasaban los minutos y el Cádiz no tenía ocasiones claras para ponerse por delante.
La segunda parte comenzó con malas noticias. La igualdad se rompió en una gran combinación entre Nahuel y Valery que concluyó con un tanto de este. La defensa amarilla no defendió de manera coordinada y David Gil no pudo hacer nada.
El equipo se fue del partido y pudo encajar el segundo a renglón seguido en una buena contra, pero Nahuel perdonó cuando lo tenía todo a su favor. Era un Cádiz sin su esencia, sin esa tensión defensiva habitual, y que con el balón tenía muchos problemas para crear ocasiones.
El segundo llegó en el minuto 58 también por medio de Valery. Fue un gol muy barato en el que Saturday no estuvo nada afortunado. Era el lógico resultado al partido de un equipo sin alma, seguramente consciente de que lo realmente importante era el partido del martes ante el Levante.
Ya era una tarde desagradable y mucho peor se puso al ver llorando a Akapo por una lesión que tiene muy mala pinta. Cervera había dado entrada a Alejo, Álex Fernández y Malbasic para buscar al menos el gol del honor.
El tramo final fue un despropósito. Con el mal cuerpo que había dejado la lesión de Akapo, el equipo cadista buscó la portería del Girona sin ningún éxito. Sus llegadas estaban marcadas por el absoluto desacierto de Álvaro Giménez y Malbasic.
Al serbio se le anuló un gol que era legal después de un gran pase de Alejo. Habían dado siete minutos de prolongación y el Cádiz lo intentó hasta el final, pero sin ningún acierto.