El gol del Elche al Cádiz en fuera de juego, la entrada de Dembelé sobre Alderete o la roja a Brais Méndez en la Copa ante el Barça. Tres jugadas en apenas una semana que dejan un poso de incertidumbre arbitral, incluso con el VAR por delante, para bien o para mal. Tras el partido de Copa entre el Barça y la Real, Imanol Alguacil ha dejado una reflexión sobre la roja a su jugador que merece ser analizada. “Sin VAR, sería una jugada más”.
Lo cierto es que no, que la entrada del futbolista sobre Busquets, al pie de apoyo y con los tacos por delante, es roja de manual. Y de las que se sacan para aleccionar sobre qué entradas puede llevar a un futbolista a quedarse varios meses fuera de los terrenos de juego. Sin embargo, Gil Manzano, a pocos metros de la jugada y con visión sin obstáculos, vio amarilla en primera instancia. Es difícil no preguntarse qué pasaría si no hubiera VAR. Lo cual, dirán en Cádiz o en Getafe, no tiene mucha importancia si tenemos en cuenta que ambos equipos han visto inhibirse al colegiado de video en dos jugadas que no dejan lugar a duda: un gol en fuera de juego y una entrada prácticamente idéntica a la que le costó la roja a Brais ante el Barça. El debate está servido, ¿son peores los árbitros de campo desde que tienen la salvaguarda del VAR? Dicho de otro modo, ¿se han acomodado a que un oráculo les resuelva las jugadas difíciles? Viendo casos como el de la entrada de Brais sobre Busquets, es difícil no creer que sí.