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Sin fondo de armario

Martín Castiñeira

Lo que durante gran parte de la primera vuelta fue uno de los principales puntos fuertes del Deportivo, se ha convertido en un verdadero problema en las últimas semanas. En el tramo inicial de competición, la gestión de Víctor Sánchez del Amo se caracterizó por las continuas rotaciones y la entrada y salida de hombres del once sin que el rendimiento se resintiese. Daba igual que en el lateral actuara Laure o Juanfran, que el costado zurdo fuera para Luis Alberto o Luisinho o que como acompañante de Lucas estuviera Oriol Riera o Jonathan Rodríguez. Con un rendimiento individual siempre aceptable, toda la plantilla se mantenía activada y atenta para ser elegida por el técnico. Sin embargo, esto ha dejado de ocurrir en 2016 y por ahí están viniendo también los problemas del Dépor.

Actualmente, no son mucho más de once los jugadores que cuentan con la confianza plena de Víctor Sánchez del Amo y que podrían entrar al campo para aportar a un nivel similar al de los más habituales. Como muestra de ello, Borges ha sido utilizado en banda izquierda desde la lesión de Cani por delante de opciones más naturales como Fede Cartabia y Fernando Navarro en la posición de central antes de Lopo. Aún entendiendo que la decisión tomada en el centro de la zaga puede atender las particularidades del rival -la velocidad de los delanteros granadinos-, parece claro que Víctor ha perdido fe en algunos de los miembros de su plantilla. 
Además de Fede Cartabia y Lopo, Jonathan Rodríguez y Jonás Gutiérrez también han perdido muchísimo protagonismo con respecto a la primera vuelta y no parecen a día de hoy opciones reales para entrar en una alineación inicial. En situación parecida está Oriol Riera, que fue el elegido para suplir a Lucas pero no está siendo capaz de aportar cuando dispone de minutos, o Juan Domínguez, que a su ya poca participación ha sumado problemas físicos en las últimas semanas. 
Por si fuera poco, Cani se ha lesionado cuando empezaba a mostrar un buen nivel y sigue trabajando al margen del grupo y Miguel Cardoso, que tuvo aportaciones momentáneas en la primera vuelta como la del Camp Nou, se fue cedido en invierno. En apenas dos meses, lo que parecía ser una plantilla amplia, compensada y equilibrada se ha ido tornado peligrosamente en una dependencia de once futbolistas. Víctor ya ha reconocido que habrá rotaciones en Bilbao y es el momento de que los que entren demuestren que pueden ser importantes en lo que queda de temporada.
 

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