Ni el más osado podría imaginar lo que pasó en el Santiago Bernabéu desde el minuto 63 de partido hasta el 65. Nadie. Joselu, que acababa de ingresar por Emre Çolak y aún no había tocado la pelota, aprovechó sus dos primeros contactos con el esférico para batir a Keylor Navas y agitar un partido que Morata había puesto de cara para el Real Madrid cuando el conjunto blanco no había hecho merecimiento alguno para ello. Pero una vez más esta temporada, el fútbol volvió a ser cruel con el Deportivo y tuvo a Ramos como protagonista de un descuento: dejó los tres puntos en la capital con un testarazo en el 92.
Por primera vez esta temporada, repitió once Gazika Garitano y optó por los mismos futbolistas que habían pasado por encima de la Real Sociedad ante un Real Madrid que se plantaba sin la 'BBC' ni Luka Modric. Y ya en el primer tiempo, que tuvo un ritmo bajo en líneas generales, tuvo opciones claras de marcar el Dépor pero la fortuna dio la espalda a Borges: primero se encontró con un paradón de su compatriota Keylor Navas y después el poste repelió un gran cabezazo a centro de Emre Çolak.
Atrevido con pelota y serio sin ella, el Deportivo logró que el Real Madrid no se sintiera cómodo en ningún momento y redujo su producción ofensiva a varios centros laterales y un uno contra uno de James bien resuelto por Tyton. Sin embargo, la enorme calidad individual del conjunto blanco quedó patenten en el 1-0, en el que Morata recibió de espaldas, encimado y lejos del área y se sacó un disparo fuerte y ajustado nada más darse la vuelta.
Durante cinco minutos, pareció casi tocado y hundido el Dépor, que se veía por detrás en el marcador sin haber hecho nada mal, pero la aparición estelar de Joselu le dio la vuelta al encuentro -sobresaliente Andone en ambos goles, peleando y asistiendo- y convirtió la última media hora en una resistencia blanquiazul que murió en la orilla.
Aunque Garitano introdujo un cambio que se puede catalogar de defensivo -Mosquera por Andone-, trató el Dépor de aguantar teniendo la pelota y jugando con tranquilidad en campo contrario y así fue hasta que Mariano empató con un cabezazo que se envenenó para que nada pudiera hacer Tyton. Entonces, tocó zafarrancho de combate el Santiago Bernabéu y apareció el de siempre en los descuentos: Sergio Ramos. El capitán blanco, que había estado superado en defensa y podría haber sido incluso expulsado por un empujón a Sidnei, emergió como un avión en el primer palo tras un saque de esquina y cabeceó a la red.
Como en Málaga o ante el Sevilla, el descuento volvió a castigar a un Dépor que lleva semanas en una línea más que positiva de juego y merece muchos más puntos de los que tiene.