Hundidos en el fango

El Deportivo se jugaba la vida ante el Espanyol en un encuentro marcado en el calendario como el indicado para sumar los tres puntos y cerrar de una vez por todas la permanencia en Primera División. El rival, sin nada en juego más allá del prestigio y el componente económico por su posición en a tabla a final de curso, solo tuvo que aprovechar un error flagrante de Arribas en la salida de balón para anotar el 0-1 y a partir de ahí el cuadro coruñés se convirtió en un manojo de nervios durante 45 minutos.

A los hombres de Pepe Mel les costó un mundo tener presencia continuada en tres cuartos y solo generaron peligro a través de las galopadas de Ola John y la improvisación de Emre Çolak. Por lo demás, pocas ideas y una sensación de impotencia que pronto se trasladó a la grada. La afición puso de manifiesto su hartazgo, hastiada del pésimo nivel mostrado por el equipo en el último mes y medio de competición, lo cual y para acabar de completar el despropósito llegó a generar alguna situación de tensión entre Florin Andone y la hinchada.
Sin respuesta futbolística al 0-1, el Deportivo tiró de corazón pero se destapó por el carril derecho y puso de manifiesto otro de sus sellos de identidad, la fragilidad defensiva. En una contra bien hilada por Piatti, el futbolista argentino desbordó con comodidad a Bergantiños, colocó un pase de la muerte preciso al punto de penalti y en esa zona apareció Gerard Moreno para anotar el segundo de la tarde a favor de los periquitos.

Borges mandó un balón a la madera antes de llegar al descanso.

Tras el paso por los vestuarios y con la entrada de Carles Gil por Edu Expósito, el equipo coruñés pareció otro, en parte por el tanto convertido por Florin Andone un minuto después de saltar de nuevo al verde. Una jugada individual de Ola John por el costado izquierdo finalizó con el centro del neerlandés al corazón del área y el punta rumano no desaprovechó la oportunidad para batir a Diego López.
En esos minutos de efervescencia, Arribas disfrutó de la oportunidad óptima para resarcirse de su error en la primera mitad, pero su testarazo se topó con la madera cuando ya había rebasado a Diego López. La fortuna una vez más se mostraba esquiva con los coruñeses.
Todo pundonor aunque sin precisión en los últimos metros, el Deportivo se volcó a la desesperada buscando un empate que hubiera sabido a gloria. Faltó acierto y sobraron errores.
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