El Deportivo se enfrentó al Oviedo en el Carlos Tartiere en el último amistoso de la pretemporada previo a la disputa del Teresa Herrera en Riazor. Sin demasiada expectación en el coliseo ovetense, los hombres de Pepe Mel se midieron a un rival con ganas de agradar a la poca afición presente.
En una primera mitad monótona, sin ocasiones en ninguna de las dos áreas, el Deportivo llevó el peso de la posesión pero no generó peligro en las inmediaciones de la portería asturiana. Tan solo las incorporaciones de Gerard Valentín por el carril derecho blanquiazul generaron incomodidad en un cuadro local más preocupado por defender agrupado en su propia mitad del campo que en causarle daño a la zaga herculina. El Oviedo no quiso y el Dépor no supo.
Inmersos en ese escenario, el principal aliciente no tuvo al balón como protagonista, sino a Verdés y Andone. Con rencillas pendientes del pasado, central y delantero centro se enzarzaron en constantes choques desde el primer minuto que sirvieron para aliñar un poco una receta sosa en cuanto a calidad y ritmo.
El segundo tiempo arrancó más vivo, aunque el carrusel de cambios por parte de los dos conjuntos rompió el guión del encuentro en varias ocasiones. El Oviedo obligó a intervenir a Tyton con sendas buenas estiradas del portero polaco y, más allá de las llegadas locales, el punto de interés se trasladó al banquillo: el colegiado Areces Franco expulsó a Pepe Mel y Florin Andone tras discutir una señalización y protestar airadamente a uno de los jueces de línea.
Con más que pena que gloria, el partido se consumió con un 0-0 que a buen seguro no dejará un regusto agradable en el paladar de la hinchada herculina, preocupada por la nula capacidad de su equipo para generar oportunidades de gol.