El Dépor no levanta cabeza

Con más dudas que certezas, el Dépor se plantó en Sevilla con la necesidad de obtener un resultado positivo tras iniciar amargamente la campaña al sumar un único punto de nueve posibles. El proyecto de Mel necesita crédito para ser longevo y el crédito solo se obtiene sumando de tres en tres, lo que de nuevo no sucedió en el Villamarín. Otra victoria y dos goles más encajados, que hacen un total de once en los primeros cuatro partidos. Inasumible.

El Deportivo saltó timorato al césped, como de costumbre. Las contras del Betis quebraron por la mitad al equipo y el primer error defensivo no tardó en llegar: un centro lateral bético al corazón del área sirvió para que Sergio León rematase a puerta, anticipándose a Juanfran. Acto seguido Pantilimon rechazó la pelota dejándola muerta a los pies de Joaquín, que no perdonó. 1-0 y de nuevo a remar contracorriente.
La falta de jerarquía en la medular resultó sangrante para los intereses coruñeses. Guilherme llegó siempre tarde a todos los duelos individuales durante los primeros cuarenta y cinco minutos y eso condenó al equipo en la medular. Sin un mediocentro capaz de contener las transiciones locales, los hombres de Pepe Mel estuvieron expuestos a las salidas al contragolpe de los locales, siempre peligrosos gracias a la velocidad de Tello y Joaquín y a la inteligencia de Guardado, que volvió loco a Juanfran durante todo el primer tiempo.
En una acción aislada, el Dépor volvió a meterse en el encuentro. Borges pegó a la pelota con el alma desde 25 metros, el esférico rebotó en la madera con Adán ya batido y el rechazo llegó segundos después a los pies de Fede Cartabia. El argentino dribló en la frontal del área a los rivales que le salieron a su paso hasta que encontró con un resquicio para armar su pierna izquierda. El golpeo, tenso, se coló por el palo izquierdo de la meta verdiblanca.
El segundo tiempo se inició con una ocasión clara para el Betis: de nuevo un centro lateral acabó en la testa de Sergio León y su remate, que se colaba en la portería, fue repelido por el guante derecho de Costel Pantilimon. Tras el susto y un penalti que no lo fue -el asistente corrigió a Undiano Mallenco después de que el trencilla decretase como penalti un piscinazo de Durmisi-, Mel retiró a Guilherme, con cartulina amarilla, y le dio la oportunidad a Valverde de demostrar el buen futbolista que lleva dentro.
A la última media hora de juego se llegó con las espadas en alto, sin un dominador nítido ni ocasiones claras en ninguna de las dos porterías. Un plantillazo sufrido por Bakkali obligó a Mel a mover el banquillo sin que esto entrase en sus planes: Luisinho saltó al verde para reforzar el carril izquierdo y ponerle un poco de pausa a un partido loco.
Lejos de frenar la anarquía, el Deportivo se adentró en ella y sucumbió en una contra La bética: Valverde perdió la pelota en campo contrario, Guardado corrió y corrió con el balón en los pies y filtró un pase de escándalo para Joaquín. Navarro no cerró a tiempo y la leyenda del Betis batió por abajo a Pantilimon. Sin capacidad de reacción, los coruñeses cedieron una vez más los tres puntos. La sangría no cesa.

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