El Deportivo ha cerrado el año natural 2017 con 34 goles encajados en 17 partidos, el segundo peor registro de Primera, solo por detrás de la UD Las Palmas (36). La sangría defensiva blanquiazul durante este primer tramo de competición explica que el equipo haya caído a los puestos de descenso, pues los errores individuales y los desajustes se han mantenido en el tiempo.
De los 34 goles en contra, 16 han llegado en Riazor y 18 a domicilio. En Barcelona, el Dépor recibió cuatro goles del Barça, un resultado minimizado por el buen hacer bajo palos de Rubén Martínez, y otros tantos del Espanyol, un equipo que solo ha anotado 13 dianas en toda la competición.
En casa, los resultados más dolorosos para el equipo coruñés llegaron ante la Real Sociedad, el Real Madrid y el Celta. Ayer, para cerrar el año, el Dépor encajó tres tantos ante el cuadro vigués; en la primera jornada liguera, el equipo blanco marcó tres goles en el municipal blanquiazul; y semanas después los donostiarras perforaron la portería defendida por Tyton hasta en cuatro ocasiones.
No solo una causa explica el despropósito defensivo blanquiazul, pero el patrón se repite: la falta de fiabilidad bajo palos, los desajustes y errores en el posicionamiento de la defensa, las pérdidas en zonas de riesgo y la falta de contundencia e intensidad en la medular han lastrado tanto al Deportivo de Pepe Mel como al de Cristóbal Parralo.