El esfuerzo no basta
Deportivo y Levante midieron sus fuerzas en Riazor en un duelo de conjuntos muy necesitados de puntos para salir del vagón de cola de Primera. El equipo dirigido por Cristóbal Parralo, agobiado por los pésimos resultados obtenidos en las últimas fechas, necesitaba un triunfo como el comer. Y el esfuerzo no tuvo premio.
El míster deportivista apostó de inicio por mantener a Juanfran y Rubén en el once, relegando al banquillo a los dos fichajes (Bóveda y Koval) concretados en este mercado de invierno. Además, sin Pedro Mosquera, lesionado, se decantó por Fede Valverde en detrimento de Carles Gil.
El choque arrancó con nervios por parte de los dos conjuntos. Aunque más temeroso el Deportivo, incapaz de superar la primera lesión granota y con serios problemas para jugar hacia delante. La tensión atemorizó a los coruñeses desde el minuto 1 e impidió presenciar el guión previsto: los herculinos llevando a iniciativa y aculando al rival en su propio campo.
El duelo se aclaró en circunstancias inesperadas: un balón parado ejecutado desde el lateral por Lucas Pérez encontró la cabeza de Adrián López en el corazón del área. El asturiano cabeceó al fondo de la red ante la mirada de Antonio Luna, despistado en un lance clave por su inmediato reflejo en el marcador.
El debutante Bóveda sustituyó a Sidnei, lesionado, en el minuto 24
Con el viento a favor, el cuadro coruñés se empeñó en dispararse a su propio pie en una imprudencia de Borges, la segunda en el partido. El costarricense recibió su primera cartulina en el minuto 3 al agarrar a Lerma en el centro del campo y la segunda en el 34 por un claro codazo en una pugna cuerpo a cuerpo tras un saque de puerta en largo de Rubén Martínez.
Tratando de contrarrestar la inferioridad numérica, Cristóbal movió ficha dando entrada a Valverde por Lucas Pérez. Un cambio poco político pero acertado, pues el charrúa, junto a Juanfran, Gil y Andone, participó activamente en la construcción del segundo tanto blanquiazul a las puertas del descanso. Florin aprovechó un balón en diagonal de Gil para batir por abajo a Oier, aumentando la diferencia en el electrónico antes del entretiempo.
Así se llegaría a un descanso en el que Muñiz decidió mover ficha: introdujo a Boateng y Roger, y en cuatro minutos efectuó su tercer cambio: dio entrada a Bardhi retirando a Lerma. La intención visitante parecía clara: encerrar al Deportivo cerca de la portería de Rubén para aprovechar la escasa fiabilidad de la zaga herculina.
El encuentro siguió por el cauce esperado, con el Dépor defendiéndose con uñas y dientes. El ímpetu de Andone permitió incluso disfrutar de un par de contras en las que no se consiguió importunar a Oier.
Tanto fue el cántaro a la fuente que Ivi aprovechó un balón en el área para enviar la pelota al fondo de la red su golpeo con la pierna derecha. La pelota tropezó en Schär y se coló en la meta. Sin tempo para digerirlo, de nuevo Ivi esta vez desde la frontal golpeó con acierto y elevó el 2-2 al marcador para la parroquia coruñesa.
En la recta final, el Levante achuchó y el Deportivo dio por bueno un empate que no alivia la situación.
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