Es Noticia
Real Sociedad
5-0
Deportivo

Bochorno mayúsculo en Anoeta

Los jugadores de la Real Sociedad celebran el gol de Willian José (Foto: EFE).
Carlos Rosende

El Deportivo apuraba sus opciones de dar un golpe sobre la mesa para comenzar a enderezar su decepcionante temporada ante una Real Sociedad inmersa en una crisis de confianza y resultados. En Anoeta, el conjunto blanquiazul tenía una oportunidad de oro para engancharse a la salvación, pero de nuevo defraudó de manera bochornosa.

El choque arrancó pasado por agua. Los dos equipos intentaron gestionar la posesión de la pelota en un escenario adverso para lograrlo, pues la intensa lluvia afectó a la circulación de la misma. Pese a ello, tan solo tuvieron que pasar 60 segundos para que el Deportivo mostrase la característica debilidad defensiva que lo lastra semana tras semana. La tibieza de los jugadores blanquiazules imposibilita competir con dignidad cada siete días y amenaza con lo -a este paso- inevitable: el descenso de categoría.
Como cabía esperar, Oyarzabal superó con regularidad a Luisinho, Odriozola se incorporó a menudo al ataque y la zaga coruñesa mostró las carencias habituales. A Albentosa y a Schär les faltó contundencia, Bóveda desentonó en la plaza de Juanfran y Krohn-Dehli no sumó ni con la pelota ni sin ella
La Real Sociedad tardó 32 minutos en adelantarse en el marcador: Juanmi rompió al espacio a la espalda de los centrales, con la complacencia de un Bóveda mal posicionado, y colocó un buen balón raso al segundo palo. Allí apareció Willian José, totalmente libre de marca, para mandar con sutileza la pelota al fondo de la red.
Vergonzosa actuación colectiva en Anoeta 
El 1-0 no agitó a un equipo sin alma: el Deportivo se dejó a su propia suerte hasta que llegó el tiempo de descanso y lo hizo sin inquietar en ninguna ocasión a Rulli. La pésima imagen ofrecida por los hombres de Cristóbal Parralo resultó todavía más dolorosa que el resultado.
Sin sustituciones, el equipo arrancó mortecino: pocas ganas y menos ideas. Buscando soluciones en el banquillo, el míster tiró de Emre Çolak, castigado en el pasado. El turco sustituyó a Carles Gil sin que el esquema variase y segundo después asistió a otro descalabro blanquiazul que finalizó con un despeje de Luisinho que impactó en el poste derecho de la portería defendida por Rubén Martínez.
El drama continuó en el minuto 62, con un error apoteósico de Rubén Martínez bajo palos. Un libre directo desde 35 metros ejecutado por Illarramendi acabó en el fondo de la red del meta de Coristanco de manera incomprensible. Un nuevo fallo bajo palos de proporciones mayúsculas. 
Por si fuera poco, el Deportivo decidió bajar los brazos por completo: encajó un gol a la contra tras defender sin intensidad en medio campo y otro a la salida de una acción a balón parado. Canales y Elustondo batieron a Rubén con la complicidad de un equipo desencajado. 
La humillación sonroja a cualquiera, pues los futbolistas no compitieron. Una imagen indignante y vergonzosa para un club que continúa disparándose a su propio pie. Se puede bajar a Segunda, pero así no.
El esperpento coruñés finalizó con un gol cómico del rival. Una tragedia. 


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