El Deportivo recibía al Éibar en Riazor con la imperiosa necesidad de sumar de tres en tres para asomar la cabeza fuera de los puestos de descenso. La ocasión requería efectividad en ambas área y a los diez minutos los hombres de Clarence Seedorf demostraron no tenerla. Lo que sucedió después resultó esperpéntico.
El encuentro se inició con dos ocasiones muy claras en los pies de Florin Andone y Lucas Pérez. El delantero rumano desperdició un remate a bocajarro delante de Dmitrovic que el guardameta visitante repelió, e instantes después sería el '7' herculino quien enviaría su disparo desde el corazón del área contra el cuerpo del cancerbero serbio.
La tarde iba de porteros. Y en esta suerte el cuadro coruñés no se maneja a la altura de lo que se le exige a un equipo de Primera. Koval, en su debut con la camiseta blanquiazul, firmó una pifia como antes lo habían hecho Pantilimon, Tyton y Rubén Martínez. El ucraniano no midió la distancia en un centro lateral raso efectuado por Orellana y la pelota, con el arquero ya batido, acabó en los pies de Inui. El japonés la empujó a placer al fondo de la red.
El 0-1 en el marcador desencajó a los futbolistas herculinos, que le perdieron el pulso al duelo y a punto estuvieron de encajar el segundo en varias incursiones a una meta que tiembla cada vez que los rivales transitan por sus inmediaciones.
Nueva actuación calamitosa de la defensa y la portería blanquiazul
En cualquier caso, el Deportivo sí conseguía generar situaciones de peligro buscando la espalda de los centrales rivales con balones al espacio. Lucas y Andone encontraban las cosquillas de Arbilla y Lombán y acto seguido colocaban envíos al corazón del área mal defendidos por los visitantes. Uno de ellos lo encontró el propio punta rumano en el segundo palo, y su cabezazo se topó con la madera antes de rebotar en Dmitrovic e introducirse entre los tres palos.
El 1-1 alivió momentáneamente la situación, pero el choque se convirtió en un esperpento minutos después, cuando Albentosa cometió su enésimo error de la temporada al proteger una pelota que exigía ser despejada. Koval, nervioso, intentó controlarla, pero se la echó demasiado larga. El ucraniano intentó rectificar la acción saliendo con los dos pies por delante y arrollando a Jordán. Resultado: expulsión y obligados a disputar los 50 minutos restantes con un hombre menos.
Tras el paso por los vestuarios, el Deportivo se reorganizó en un 4-4-1, con Lucas en banda derecha y Celso Borges haciendo pareja junto a Muntari en el doble pivote. Los hombre de Mendilibar se hicieron poco a poco con el control de la pelota y la jugaron con comodidad en horizontal, tratando de desorganizar al cuadro coruñés.
La contienda bajó de revoluciones exponencialmente y los visitantes comenzaron a incomodar con cierta regularidad la meta defendida por Rubén.
Seedorf retiró a Muntari y le dio entrada a Krohn-Dehli y a continuación retiró a Andone y apostó por Bakkali. El internacional belga sub-21 se colocó como referencia en punta para incomodar la salida de balón del conjunto armero.
Sufriendo hasta el final, el Deportivo sumó un punto que, atendiendo a las circunstancias, puede dar por bueno. Porque el esperpento pudo costar la derrota.
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