A Lucas Pérez no le tembló el pie

Transcurría el minuto 5 del partido entre Deportivo y Málaga en Riazor cuando Luis Hernández derribó a Lucas Pérez dentro del área. Acto seguido el '7' blanquiazul asumió la responsabilidad de ejecutar la pena máxima. Con el error –o acierto de Diego López– en el Dépor-Espanyol (0-0) del pasado mes de febrero todavía en la cabeza, el delantero de Monelos cogió la pelota y se dispuso a colocarla para tratar de batir a Roberto.

 
En ese momento, varios jugadores malacitanos continuaban quejándose por la señalización de Mateu Lahoz, y el propio colegiado aprovechó la coyuntura para reclamarle al '7' que rectificase el lugar en el que estaba situando el balón. A juicio del árbitro, Lucas Pérez trataba de colocar el esférico unos centímetros por delante de la zona reglamentaria.
A la conversación se sumó Roberto, todo un veterano bajo palos. El arquero blanquiazul trató de poner nervioso al atacante herculino, consciente de la mala temporada del delantero y también de la situación límite en la que se movía el conjunto coruñés, similar a la del grupo dirigido por José González. Los problemas de confianza del punta han sido más que evidentes en los últimos meses, y eso podía haber comprometido su clarividencia para adelantar al Deportivo en el marcador.
Sin embargo, esta vez Lucas Pérez disipó los fantasmas que le han perseguido durante tantos meses y consiguió poner poner por delante a su equipo en el electrónico al engañar a Roberto. El portero se tiró hacia su derecha, la misma dirección a la que acudió Diego López, pero el jugador coruñés cambió de dirección y buscó la izquierda del guardameta.
El gol que no sería decisivo pero sí importante para conseguir una victoria fundamental para intentar pelear por la permanencia hasta el final de LaLiga Santander, aunque la victoria del Levante esta mañana amargase el fin de semana a la parroquia deportivista.