Al César, lo que es del César. Al menos así habla el refranero español en una de sus ediciones más conocidas. Así podría resumirse la historia de Rubén, jugador del Dépor, ante el Sevilla FC. El guardameta de Coristanco, uno de los más criticados durante los últimos meses, en Riazor, completó, al fin, una grandísima actuación.
No fueron ni una, ni dos, ni tres, fueron hasta siete paradas las que salvaron al Dépor durante varios tramos del partido. Ni Carlos Fernández, que se presentó ante el meta en varias ocasiones, ni Sandro -que tuvo un uno contra uno muy claro- ni Éver Banega pudieron batirlo.
El equipo necesitaba anotar, pero también necesitaba sentirse seguro en su portería y hoy, ante el mediocre papel de Albentosa y Schär, dio alas a sus compañeros para cargar ante la portería de David Soria.
Nunca fue fácil para Rubén, pero este martes, al fin, sumó -y mucho- para los suyos.