Didier Moreno: "El fútbol siempre ha sido como el aire que respiro"

Didier Moreno (1991, Colombia) saborea su reciente debut con la selección absoluta colombiana sin perder de vista otro de sus principales objetivos a corto plazo: recuperar la plaza perdida en el once titular del Deportivo. El volante cafetero repasa para ElDesmarque sus primeros pasos en el mundo del fútbol, el salto al profesionalismo, su presente en A Coruña y algunos de los aspectos del juego a los que más le está costando adaptarse tras dar el salto a Europa este verano.

– ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

Recuerdo sobre todo el andar descalzo por mi pueblo (Pizarro, en Bajo Baudó, un municipio de la costa pacífica sur colombiana). Tampoco me olvido de los primeros pasos en la escuela ni del calor humano de mi gente. Jugábamos durante horas en la playa porque no teníamos cancha. Vivíamos en una pequeña isla y nunca nos cansábamos, aunque estuviésemos horas y horas al sol. Son bellos los recuerdos que tengo de esa etapa, que comenzó siendo un niño y continuó hasta que tuve que dejar mi pueblo.

– Bellos pero se intuye que también difíciles.

Cuando juegas descalzo tres o cuatro horas todos los días, cuando no tienes un campo para hacerlo y debes ir a la playa, aprendes mucho de la vida y del fútbol desde pequeño. Todo eso hace que el presente se valore más y que al echar la vista atrás te des cuenta de dónde vienes y lo que has conseguido.

– ¿Por qué se marchó a la ciudad?

Era la manera de poder seguir estudiando. En el pueblo solo se estudiaba de primero a quinto y había que marcharse para hacerlo de sexto a once. Hice toda mi primaria en el pueblo y luego me mudé a Quibdó, la capital, para hacer el bachillerato. Ahí empecé a ver el fútbol de otra manera: de sentirlo como pura diversión a entender que podía ser un estilo de vida. Entonces comencé a formarme en una escuela; luego se iniciaron diferentes periodos en Bogotá y Cali antes de que se presentase la oportunidad de dar el salto al profesionalismo. 

"Dejé mi pueblo para poder seguir estudiando. Y ahí empecé a ver el fútbol de otra manera"

– ¿Cómo fue superando barreras hasta llegar al fútbol profesional? 

Lo que más me marcó en mis inicios fue el apoyo de mi familia. Eso fue lo primordial y lo esencial porque siempre confiaron en que yo podía llegar a alcanzar mi sueño. En el camino fui encontrando y conociendo a personas que me dieron el aliento necesario para lograrlo. Primero fui a Bogotá, a una escuela de barrio, y allí tuve a un profesor, Manuel, que me dio muchas pautas para crecer futbolísticamente. Luego conocí a Anthony de Ávila (exfutbolista colombiano y ahora supervisor de las categorías inferiores de America de Cali) y él me llevó a un equipo como América. En Cali hice todo el proceso de divisiones inferiores y sumo méritos hasta llegar al profesionalismo. En paralelo pasé a formar parte de las selecciones de Colombia juveniles y a debutar oficialmente en Primera.

– ¿A quién tenía como referente por aquel entonces?

Déjeme que le diga que para mí el fútbol siempre ha sido como el aire que respiro. En el fútbol colombiano he tenido grandes ídolos: crecí viendo a Leonel Álvarez, a Chicó Restrepo, a Geraldo Bedoya... y a nivel europeo siempre seguí a Yaya Touré, que me parecía un jugador extraordinario. Uno busca espejos en los que mirarse para continuar creciendo.

"El fútbol siempre ha sido como el aire que respiro"

– ¿Qué siente cuando piensa en la selección colombiana sub 20 de la que formó parte en el Mundial celebrado hace siete años en su país?

Que soy un privilegiado por haber participado en el evento deportivo más grande e importante de cuantos se han realizado en Colombia. Tuve la oportunidad de estar con grandes personas, más que jugadores, y ahorita mismo muchos están consolidados en el top mundial: es el caso de James (Bayern), Muriel (Sevilla) Ortega (Baniyas) o Arias (Atlético de Madrid). Muchos futbolistas de esa selección han podido llegar a Europa. Me siento feliz por ese momento que viví, en el que disfrutamos al máximo, y además creo que dimos un gran espectáculo (Colombia cayó eliminada en los cuartos de final contra la México de Diego Reyes, Ulises Dávila o Néstor Araujo).

– Volviendo al presente, ¿cómo vivió su reciente debut con la selección absoluta de Colombia?

Fue un día inolvidable para mí (sonríe). Me llegó en el momento actual y la verdad es que es una sensación indescriptible. Lo aproveché al máximo y deseo que sea solo el comienzo.

– ¿Esperaba la llamada?

Sí, porque lo venía buscando. He trabajado duro para ello y sabía que tarde o temprano se iba a dar la posibilidad. Ahora tengo que avanzar día a día en el Deportivo, tener continuidad sobre el campo y esperar a que pueda llegar la siguiente convocatoria con mi selección.

– ¿Tuvo siempre entre ceja y ceja jugar en Europa o contempló hacerlo en ligas sudamericanas más potentes que la colombiana?

El jugador sudamericano siempre piensa en venir a Europa. Es uno de los grandes logros a los que uno puede aspirar. Te motivas y te llenas de orgullo al ver llegar a tus compañeros de Colombia sub 20 a este continente y a la selección absoluta. Yo jugué a su lado y sabía que tenía las capacidades y las condiciones para hacer lo mismo.

"El jugador sudamericano siempre piensa en venir a Europa"

– ¿El fútbol español le exige más agilidad en la toma de decisiones?

Así es. Este es un fútbol más rápido y más dinámico. En Sudamérica tenemos más tiempo para pensar, aquí la velocidad del juego es otra. Hay una diferencia grande, sobre todo te exige pensar antes. Acelerar el juego es lo que más me está costando. Lo más difícil es tener preparada en la cabeza la segunda jugada antes de que llegue la primera. Creo que voy por el buen camino.

– ¿Le insiste Natxo González en esta cuestión? 

Sí. Conmigo el entrenador está muy pendiente de la velocidad que le doy al juego. Siempre me habla mucho, me corrige, y también se preocupa por el aspecto personal.

– La última: lleva viviendo dos meses y medio en A Coruña, ¿se ha adaptado bien al ritmo de la ciudad y al club?

Todo es un proceso a afrontar paso a paso. A nivel cultural no hay grandes diferencias con respecto a Colombia, todo es muy parecido. También en lo referente a la gastronomía y al estilo de vida. Estoy muy contento con el club, con la ciudad, con los compañeros y con la afición. Si lo trasladamos al campo, yo suelo decir que las cosas se ganan, nadie te regala a nada. En mi caso, siempre he tenido el don de liderar y poco a poco voy a ir metiéndome en la institución, en todo lo que es el Dépor. Me encuentro bien y me encontraré mejor.