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Desparpajo y verticalidad en el debut de Joni

Joni Montiel, durante su debut con el primer equipo ante el Nàstic (Foto: Iris Miquel).
ElDesmarque

Una de las pocas conclusiones positivas que se pueden sacar del empate del Deportivo ante el Nàstic de Tarragona es el debut de Joni Montiel con el primer equipo blanquiazul. El madrileño saltó al terreno de juego a los 65 minutos de partido, en detrimento de Fede Cartabia, y demostró carácter en su estreno con los 'mayores'.

Lo cierto es que Joni ya había debutado a las órdenes de Natxo González, pero no de manera oficial. Lo hizo en el Trofeo Teresa Herrera contra el Athletic Club. Entonces, dispuso de nueve minutos sobre el verde de Riazor, y con él en el campo, el Dépor logró el tanto del empate a dos, que a la postre sería el marcador definitivo.

Ante el Nàstic, Joni mostró desparpajo y verticalidad. Nada más ingresar en el terreno de juego, puso un buen balón al segundo palo que a punto estuvo de cazar un Borja Valle que se había deshecho de su marca y lanzado en plancha para rematar el esférico. De haberlo logrado, muy seguramente hubiese acabado en el fondo de las mallas, ya que estaba a un palmo de la portería defendida por Bernabé.

Joni saltó al verde con el pie derecho, en un momento en el que el Dépor, como durante todo el partido prácticamente, dominaba con soltura el encuentro. Los blanquiazules buscaban con insistencia el tanto que sentenciara la contienda, con numerosas ocasiones que, ya fuere por Bernabé, por la poca precisión e incluso por el travesaño, no acababan de materializarse.

No obstante, el Nàstic aprovechó una contra que acabó con el gol del empate, obra de Luis Suárez a pase de Kanté, quien dejó solo a su compañero aprovechando el desajuste de la zaga herculina. El Dépor buscó el tanto de la victoria, y estuvo a punto de llegar por medio de Edu Expósito, que a punto estuvo de aprovechar un balón al área desde el córner del propio Joni, que cogió galones, decidiéndose a ejecutar los saques de esquina de su equipo.

Pese a que el resultado no fue, ni mucho menos, el deseado, el atacante madrileño demostró a Natxo González que está preparado para jugar con el primer equipo cuando la situación lo requiera.

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