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En el abismo

Carlos Fernández se lamenta durante el Dépor-Rayo Majadahonda (Foto: Iris Miquel).
Carlos Rosende

Sin margen para encajar más decepciones, el Deportivo recibía al Rayo Majadahonda en Riazor buscando una victoria balsámica. El tren del ascenso directo pasaba por sumar los tres puntos ante el conjunto majariego, un rival descarado en su propuesta que pretendía dar un paso adelante en sus aspiraciones de certificar cuanto antes su permanencia en Segunda. Nada más lejos de la realidad: los blanquiazules, desnortados, fueron superados con claridad por uno de los oponentes más humildes de la categoría. La situación se antoja insostenible, no tanto ya por la derrota sino por la imagen ofrecida.  

De inicio, Natxo González sorprendió dando entrada a Matías Nahuel en la plaza de Pedro Sánchez en el once titular. Además, confío en Eneko Bóveda en el lateral derecho y se vio obligado a prescindir en la convocatoria de Fede Cartabia, afectado por unas molestias en el adductor.

El partido arrancó con dominio local. El Deportivo quería acular en el área a un Rayo un tanto dubitativo en su retaguardia. Sin transformar el control territorial en ocasiones claras, los blanquiazules sí transmitían mejores sensaciones que en encuentros anteriores disputados en casa.

El equipo jugó a merced del Rayo durante casi toda la primera mitad

El control duró exactamente un cuarto de hora. A partir de entonces, todas las llegadas y oportunidades las disfrutaron los futbolistas del cuadro majariego, quienes por momentos recordaron a la Holanda de Cruyff. La superioridad visitante era tal que a la grada no le quedó más remedio que mostrar su frustración. No se comprende cómo este equipo ha caído en semejante abismo futbolístico. Así se llegó al descanso, agradeciendo el 0-0 en el marcador.

Nahuel, durante el Dépor-Rayo Majadahonda (Foto: Iris Miquel).

Intentando agitar la mezcla, el cuerpo técnico deportivista retiró a Vicente Gómez tras el paso por los vestuarios. El jugador canario, a su peor nivel desde que aterrizó en A Coruña, dejó su plaza al portugués Vítor Silva. El Dépor se reorganizó en un un 4-3-3, con Quique González escorado a la banda derecha y Matías Nahuel reubicado en el extremo izquierdo.

Nada cambió en los coruñeses, pero sí mudó el acierto del Rayo. Los hombres de Iriondo, quienes también habían alterado su sistema (del 4-3-3 al 4-4-2), sacaron rédito a una de las contras de las que disfrutaron: Óscar Valentín encontró al espacio a Ruibal y el delantero cedido por el Betis, midiéndose en uno contra uno a Domingos Duarte, sacó un golpeo de interior con su pierna derecha que hizo inútil la estirada de Dani Giménez.

Los dos goles de Ruibal mandaron al Dépor a la lona

La sangría no se acabó ahí: en otra acción con metros por delante que nació en los pies de Luso, Ruibal se volvió a internar en el área blanquiazul y completó el despropósito. Con calidad, batió de nuevo a Dani, dobló la ventaja y liquidó por completo a un Deportivo en la lona. Cuando parecía que no se podía caer más abajo, el cuadro blanquiazul marcó el -1: al sótano. Jaque mate.

Basilio despeja de puños ante Nahuel (Foto: Iris Miquel).

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