El pasado 25 de noviembre, Jagoba Arrasate se sentaba en la sala de prensa del Estadio de Riazor para valorar la derrota por 2-0 de Osasuna en el feudo deportivista. El míster del equipo rojillo reconocía por aquel entonces que su equipo "está un peldaño por debajo" del Deportivo, una realidad totalmente distinta a la que hoy vive el actual líder de la categoría de plata del fútbol español, a un par de pasos de conseguir matemáticamente el ascenso a Primera.
Eran días de vino y rosas para el Dépor de Natxo González, una máquina de ganar partidos en casa, con más o menos brillantez. Y a Jagoba el juego efectivo de los coruñeses y su versatilidad lo tenían prendado. El míster de Osasuna señalaba ante los medios de comunicación en la primera vuelta del curso que el Deportivo era "el equipo que más me gusta" porque manejaba "un montón de registros", "buenos futbolistas" y "un buen entrenador".
Desde aquella el Dépor no tiene registros, ni buenos futbolistas y, ni mucho menos, aquel entrenador. Desde aquella el Osasuna le sacó 21 puntos. https://t.co/8i48U0rnv8
— Fer Romero de Paz (@FerRomeroDP) 13 de abril de 2019
Además, insistía en la variedad de sistemas e ideas en el haber del conjunto herculino: "Al margen del ataque posicional y el juego directo, el Dépor puede jugar a la contra", dijo.
Incluso fue un paso más allá: "Os preguntáis si va a ascender e igual la pregunta es cuándo va a ascender", llegó a señalar a los periodistas.
Desde esa victoria, todo ha sido un suplicio para un Deportivo presa de su falta de ideas, de su nerviosismo, de los bandazos desde el banquillo y de la pérdida de confianza por parte de unos jugadores que no están dando el nivel esperado.
Pese a caer derrotados en Pamplona (2-1), el 'efecto Martí' es el clavo ardiendo al que se agarran los coruñeses para intentar mantener vivas sus opciones de ascenso hasta el final de la temporada.