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Tino Fernández, en su despedida: "No voy a estar a la sombra"

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ElDesmarque

Tino Fernández, que ha puesto fin a su etapa en el Deportivo este martes, ha asegurado en el discurso de despedida que dio a los socios del club que a partir de ahora es "un aficionado más" y que no va a estar "a la sombra" a pesar de que es uno de sus principales accionistas.

"A partir de hoy soy un mero aficionado", afirmó el dirigente, que repasó su carrera al frente del club con poca autocrítica y acordándose de los que han ayudado al equipo en estos últimos años.

Dejó claro que desde ahora es "exclusivamente" un aficionado, como el resto de los deportivistas, y cambiará el asiento presidencial en el palco de Riazor para volver al que ocupaba con anterioridad.

"Ni espero nada ni quiero nada ni aspiro a nada. Bueno, pido algo, respeto, tan necesario. Tampoco estaré a la sombra, porque nunca he estado a la sobra. Estaré al sol", dijo el empresario, propietario de la consultora Altia, que llegó "contento" al club en 2014 y se va también "contento".

Fernández había guardado silencio desde que el Consejo de Administración que presidía anunció la dimisión en bloque a finales de abril, una medida que fue efectiva este martes en la Asamblea de Accionistas de la entidad blanquiazul.

Aseguró que su Consejo no se va por "los resultados deportivos", aunque reconoció que "no son buenos", y "tampoco por la deuda", que hace cinco años, cuando llegó al Deportivo, "era más grande y con acreedores duros y que no estaban muy interesados por el fútbol", en alusión a la Agencia Tributaria.

"En las primeras reuniones el Deportivo tuvo el mismo tratamiento que un preso de Guantánamo", añadió el exdirigente, que agradeció a la entidad financiera Abanca que fuera su "compañero de viaje" para reestructurar la deuda.

El ya expresidente comentó que su Consejo ha renunciado porque "en un puesto como este la ilusión tiene que ser máxima" y la suya no es "quizás del cien por cien".

"Este puesto necesita un estado de ánimo muy fuerte, más aun cuando es un puesto sin remuneración. Solo lo hacemos por amor a una institución. Tenemos que ser leales al Deportivo. Si nuestra energía no era la máxima por la razón que fuese, teníamos que dar paso a otros accionistas con más ilusión", sostuvo.

Fernández recordó que cogió a un club que había entrado con su antecesor, Augusto César Lendoiro, en el "mayor concurso" del fútbol español "por mala gestión y la permisividad del mundo del fútbol y las administraciones públicas".

"Hemos conseguido que el Deportivo sea una organización centrada, respetada y respetuosa", indicó Fernández, que destacó haber restablecido las relaciones con las instituciones y otras entidades.

Al deportivismo le pidió realismo ante la situación en que está el equipo, que, después de tres permanencias con muchos problemas, descendió el curso pasado y ahora intenta recuperar su puesto en la élite.

"No podemos reaccionar como estos últimos años. En medio de incendios sociales y de medios de comunicación muy relevantes, cesamos sin estar en descenso a Víctor Fernández, Garitano o Pepe Mel, que fue atacado desde fuera y desde dentro", comentó.

Afirmó que el Deportivo "crecerá desde la tranquilidad y la pausa, como ha hecho este año Osasuna" y pidió que cuando regrese a Primera haya "calma" en la afición porque "los jugadores no son mercenarios ni los directivos unos hijos de puta".

En el discurso, la autocrítica fue escasa y se limitó a pedir "disculpas" en la parte final de su relato "por todo" lo que no haya "podido o sabido hacer mejor" su Consejo.

Mesa del Consejo Administrativo durante la Junta General de Accionistas del Dépor (Foto: Iris Miquel).

Fernández tuvo palabras de agradecimientos hacia los patrocinadores, como Estrella Galicia, a su familia y amigos, que aguantaron "amenazas", y también al gobierno municipal de La Coruña en los últimos cuatro años, con Xulio Ferreiro a la cabeza, al anterior alcalde Carlos Negreira y al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

A los dos últimos les agradeció que hubieran intervenido para modificar una ley que iba a obligar al Deportivo a pagar en un solo plazo 10,2 millones de euros del impuesto de sociedades por los beneficios declarados al salir del Concurso de Acreedores.

Fernández, que dejó las cuentas cerradas a 30 de abril con una deuda de 82 millones (llegó con cerca de 160 sin contar la quita del Concurso), deseó que "los que vengan detrás mejoren lo conseguido".

"En algo solo nos pueden empatar, no ganar: en ilusión, honestidad y deportivismo. Dejamos una institución mejor, con importantes desafíos que entre todos podemos alcanzar", concluyó en su intervención.

El expresidente fue ovacionado por la mayor parte de los 417 socios que se dieron cita en la Asamblea que se ha celebrado en Palexco, donde también escuchó los abucheos de un grupo minoritario de accionistas.

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