Carlos Alberto Fernández ,A Coruña, 30 sep (EFE).- El Deportivo lleva tiempo inmerso en un bucle negativo del que es incapaz de salir por más cambios que ha hecho de jugadores, cuerpos técnicos y hasta de presidente; cuando parece que no puede ir a peor, se empeña en coger esos derroteros que ahora le han llevado a las posiciones de descenso a Segunda B.,Esta década, empezó a titubear en 2011 con su primer descenso en veinte años; entró en concurso de acreedores con Augusto César Lendoiro como p
Carlos Alberto Fernández
A Coruña, 30 sep .- El Deportivo lleva tiempo inmerso en un bucle negativo del que es incapaz de salir por más cambios que ha hecho de jugadores, cuerpos técnicos y hasta de presidente; cuando parece que no puede ir a peor, se empeña en coger esos derroteros que ahora le han llevado a las posiciones de descenso a Segunda B.
Esta década, empezó a titubear en 2011 con su primer descenso en veinte años; entró en concurso de acreedores con Augusto César Lendoiro como presidente; después, sufrió una brecha social, ya con Tino Fernández al mando, a raíz de la muerte del hincha Francisco Javier Romero Taboada, ‘Jimmy’; y todavía con él al frente y con esa herida aun abierta, una hecatombe deportiva sin límite conocido por ahora.
Lejos ha quedado la etapa más gloriosa del centenario club coruñés, la que le llevó a conquistar una Liga (2000), dos Copas del Rey (1995 y 2002), tres Supercopas (1995, 2000 y 2002) y haber participado cinco temporadas consecutivas en la Liga de Campeones (entre 2000 y 2004).
Después, transitó hacia la supervivencia en Primera, bajó a Segunda y se convirtió en equipo ascensor en paralelo a los problemas económicos y sociales.
Ahora, por primera vez en casi treinta años, afronta su segunda temporada consecutiva en la categoría de plata tras haber desperdiciado en junio la posibilidad de regresar a la élite en el primer intento, como en las dos anteriores ocasiones.
Mucho tendrá que cambiar el Deportivo para poder volver a Primera este año. En ocho jornadas, ganó el primer partido y se separó del camino de la victoria en los siete siguientes, con tres derrotas y cuatro empates de manera consecutiva, el último ante el Mirandés (1-1) este domingo en Riazor.
En el césped, fue un equipo sin ideas, impreciso, incapaz de dar pases a tres metros y de buscarle las cosquillas a un recién ascendido a Segunda División. Fue la gota que colmó el vaso.
La afición, harta de ver el declive de su equipo, expresó su disconformidad con cánticos corales contra el director deportivo, Carmelo del Pozo, y, con menos voces, contra jugadores y Consejo de Administración. Curiosamente, o no, se olvidaron del técnico, Juan Antonio Albacete Anquela.
El veterano entrenador sigue al frente de la plantilla y el presidente, Paco Zas, que llegó al poder con el apoyo de su antecesor, Tino Fernández, ha decidido romper su silencio tras haber escuchado a una parte de Riazor pedirle que dimita.
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