Es Galicia una tierra rodeada de magia y misterio. Y misteriosa, y mucho, fue la pasada temporada del Deportivo. Los malos resultados intentaban explicarse en el terreno de juego. Pero, ¿tal mala era la plantilla?, ¿tan malos los entrenadores elegidos?, ¿tan mala era la directiva? Parecía difícil de explicar una tan lamentable primera vuelta.
Como recuerda el deportivismo, el pasado mes de enero se cambió la directiva, se fichó a Fernando Vázquez y se remodeló todo lo que se pudo aquella plantilla. El Dépor parecía resucitar pero llegó el parón por la pandemia, otra inexplicable nube gris apareció en el campo tras reaparecer y perder contra Extremadura y Mirandés y ya el rizo que rizó el rizo fue lo que sucedió la última jornada frente al Fuenlabrada.
Claro que el fútbol es juego, son goles y rendimiento en el campo pero, más allá de lo puramente deportivo, también juega la suerte. Esa que puede aparecer sobre el verde cuando metes un gol en el último minuto o se va fuera por poco un lanzamiento en contra que parecía que iba dentro.
Y esa que también se intenta atraer con supersticiones y rituales en cada partido. No es raro ver ajos en Riazor y seguro que cada deportivista tiene su bufanda de la suerte o cualquier otro objeto o ritual con el que intentar llamar a la diosa Fortuna. Sin embargo, el año pasado parecía estar dormida, no aparecía por ninguna parte.
Así, una de las cuestiones que daban mala espina al deportivismo eran aquellas rayas horizontales en las camisetas. De hecho, el propio Fernando Vidal hizo referencia a la equipación en su primera junta como presidente. Propuso el cambio durante dos partidos y, curiosamente, el Deportivo ganó. Pero no se podía modificar para el resto de temporada. Llegó el fatídico descenso y, con el cambio de temporada y de equipación, llegaron de nuevo las tradicionales líneas verticales de la camiseta blanquiazul.
Y, no solo eso, sino que con ellas se homenajea a las grandes leyendas que hicieron grande al Superdépor en el 95 con la consecución de aquella sonada Copa del Rey del diluvio en el Bernabeu ante el Valencia CF. También parecía cosa de meigas aquella suspensión del partido pero la suerte funcionó en el segundo. Sí, es verdad, también el fútbol y la calidad de aquellos entregados futbolistas, entre los que figuraba aquella temporada un tal Claudio Barragán.
Precisamente, el Dépor que ahora tiene el reto de subir a Segunda, cuenta con otro Claudio, que la pasada temporada llegó con el nombre de 'Beauvue' en la camiseta. No obtuvo el protagonismo esperado aunque demostró viajando miles de kilómetros para el 'partido-paripé' que tenía buenas energías.
Unas buenas vibraciones que esta temporada ha unido a las del nombre que ahora lleva en su camiseta. Por lo de pronto, Claudio ha marcado dos goles antes el Pontevedra en pretemporada, con suerte incluída, ha sido titular en el primer encuentro de liga ante el Salamanca y ha marcado el primer tanto del Dépor 2020/21 en competición oficial. Todo será poco para cambiar la suerte de un Deportivo y, sobre todo, de un deportivismo que no merece estar tan abajo. Y es que... 'Habelas Hailas'.