El Dépor visitó esta mañana un campo de Primera división, no servía de disculpa ni el campo pequeño ni la hierba artificial. Además, la motivación tenía que ser especial porque visitabas al filial de tu eterno rival y no podías permitir que te ganase en su casa. Pero pasó lo peor que podía pasar. El Deportivo perdió en Balaídos mostrando en muchos momentos su peor versión y, aun por encima, sufrió una injusta expulsión a Quiles que dejó al equipo con diez cuando el andaluz acababa de conseguir de penalti las tablas en el marcador. Un 2-1 final no para olvidar sino para analizar y mejorar. Los blanquiazules pierden el tren del ascenso directo. Humillante.
Curiosamente, jugar en un campo como Balaídos y con espacios permitió al Dépor empezar cómodo y dominando el partido. Borja Jiménez sorprendió con un once en el que Lapeña ocupaba el lateral derecho y Diego Aguirre el extremo izquierdo. Los coruñeses parecían cómodos aunque la primera aproximación clara fue del conjunto celeste. Era eso, 'parecían'. Un cabezazo de Miguel marchó fuera de la meta de Mackay por muy poquito. Esta clara ocasión dio alas a los vigueses que se hicieron dueños de la pelota mientras el Dépor replegaba esperando un robo para salir a la contra. Pero la fórmula blanquiazul no funcionó y así, a los doce minutos, un gran centro de Castro acabó en las botas de Fabricio que batió sin pensarlo a Mackay. El centro era muy bueno pero la defensa blanquiazul se quedó inmóvil.
El Dépor se ponía por debajo en el marcador y tocaba remar en contra. Los coruñeses cogieron la pelota aunque ya no era tan fácil encontrar espacios ante un rival que ya iba ganando. Juergen consiguió sacar una falta peligrosa al borde del área. Lanzó Aguirre pero el lanzamiento se fue alto. No rentabilizó el conjunto blanquiazul esta oportunidad que llegaba a punto de cumplirse los veinte minutos de juego. Acto seguido a puntísimo estuvo Holsgrove de sorprender a Mackay. Afortunadamente, el balón no entró pero el Celta B quería seguir asustando y el guardameta del Deportivo no podía despistarse ni un segundo. Y es que los locales finalizaban bien sus jugadas, algo que le faltaba al Dépor.
El tiempo pasaba y los nervios llegaban, Carlos no dejaba de agarrar a Quiles y desquició al delantero andaluz que al sacárselo de encima vio la tarjeta amarilla. También fue amonestado el jugador celeste. Los locales buscaban desgastar a un Deportivo que tenía que empatar cuanto antes y no lo conseguía. A los coruñeses les costaba generar aunque a la media hora crearon la primera y más clara del partido. A través de Juergen y de Héctor el balón llegó a los pies de Quiles y a puntito estuvo el onubense de conseguir el 1-1. Parecía que el Dépor despertaba. Aguirre tuvo otra muy clara a continuación pero se la detuvo el meta local. Quizás pecó de egoísta al rematar sin ángulo en lugar de ceder a Quiles que estaba solo en el área.
Esta situación en la que el Deportivo se iba arriba provocaba también llegadas peligrosas de los vigueses que, en ocasiones, volvían a meter el miedo en el cuerpo. Justo antes del descanso, Soriano regaló un gran pase a Quiles para que el delantero del Dépor rematase prácticamente a gol pero falló la puntería y acertó parando Campos. Y así, con ventaja local por la mínima se llegó al descanso en Balaídos.
Increíble cómo arrancó la segunda parte. Jaime regaló el balón al rival en área que se inventó sin contar con el regalo una acción peligrosa y menos mal que llegó Héctor para mandarla a córner. Y justo a córner tuvo que enviar Campos un buen disparo de Diego Aguirre desde fuera del área. Los coruñeses tenían que intentarlo y la desesperación no podía hacer acto de presencia porque resultaría perjudicial para los de Borja Jiménez. Costaba encontrar huecos en área rival y los encontró William de Camargo recién incorporado al terreno de juego.
Al brasileño le hicieron penalti y Quiles no perdonó. El andaluz batió a Campos y puso las tablas en el marcador. Había tiempo para conseguir el triunfo. Quedaban 20 minutos. Pero quien quiso protagonismo fue el árbitro y le apeteció dejar al Dépor con diez. En una acción de peligro del Dépor, Arberola Rojas entiende que Quiles se tira ante el portero local y le saca la segunda tarjeta amarilla. Sin referencias en ataque y con uno menos, los herculinos no fueron capaces de aguantar. Javi Gómez marcó un golazo sin importarle la distancia y batió a Mackay por la escuadra. A dos minutos del final, Borja Jiménez metió a Doncel pero ya no quedaba tiempo para nada más que tragar la humillación.