No hay rival pequeño. Así quedó demostrado este sábado en Riazor. Parecía que el Deportivo iba a ir sobrado ante un Tudelano descendido pero no fue así lo que se vio en el campo. Los herculinos acusaron el síndrome postvacacional y los navarros cogieron despistados a los defensas blanquiazules en la primera mitad y metieron el susto en el cuerpo a un Deportivo que supo reponerse a un resultado adverso en varios lances del partido y ganó por 4-3. Eso sí, con mucho sudor y no solo por el intenso calor.
El Dépor arrancó con fuerza y ya con un gran centro de Antoñito para Quiles aunque atrapó el balón el portero rival. Acto seguido Soriano forzó un córner ya dentro del área el Tudelano. Empezaba el partido con ritmo para el Deportivo. Pero el ritmo era tanto que en un balón lateral del Tudelano el despeje de Granero se fue al palo, al palo de la meta de Mackay. Y así de caprichoso es el fútbol que el balón no entró esa vez y si entró en la siguiente cuando Caballero envió un gran zurdazo sin oposición y poco pudo hacer Mackay.
Jarro de agua fría en una tarde calurosa en Riazor para un Dépor que había empezado mandando con tanta comodidad que se dejó marcar. Aún así, los blanquiazules no se amilanaron con el gol y con el marcador en contra siguieron buscando el gol. Y lo consiguieron de estrategia a la salida de un córner. Fue Granero el que remató y puso el empate en el marcador. Pero casi ni a celebrar el gol le dio tiempo al Deportivo cuando Caballero volvió a batir a Mackay. De nuevo por delante el equipo de Carlos Pérez Salvachúa y Borja Jiménez se desesperaba porque su equipo perdía el control de partido. Un control que recuperó Soriano con un gol muy cuestionado por el Tudelano. Entendían que el madrileño había marcado con la mano pero no lo entendió así el colegiado. Este polémico gol del empate blanquiazul calentó el partido y lleno de furia el Tudelano volvió a batir a Mackay por tercera vez antes del descanso. En esta ocasión fue Agus Alonso.
Tocaba reanudar el encuentro otra vez con un resultado adverso y para remontar lo antes posible, Borja Jiménez decidió meter a Miku para los segundos 45 minutos y dejar en el banquillo a William de Camargo. Precisamente, fue el delantero venezolano el que firmó el gol del empate. Miku se reencontró con el gol y el Deportivo se encontró en el partido. Un entretenidisimo partido en el que Villares marcó su primer gol con la camiseta blanquiazul y el cuarto para el Deportivo. El Tudelano volvió a asustar en el descuento enviando al palo un espectacular tiro de falta pero los tres puntos se quedaron en casa y el Dépor se agarra al segundo puesto para el play off.