Lucho García pasó una temporada en el Deportivo. Fue un paso breve pero intenso en que el tuvo que aprender a convivir con el banquillo hasta que le llegó su turno. Militó en la plantilla herculina que disputó la transición de Segunda División B a Primera División RFEF y en la que arrancó Carlos Abad como portero titular. Tras 12 partidos disputados, se ganó un hueco en la Ponferradina, lugar en el que no encontró continuidad. Ahora, en el Rayo Majadahonda, trata de encontrar una regularidad que se le resiste.
Dicen que todo aquel que llega a Coruña se queda prendido por la ciudad. El sentimiento de una afición que anima sin cesar a los suyos marca a aquellos que han vestido la elástica blanquiazul. Y un gran ejemplo de ello es Lucho García. Nacido en Barranquilla, llegó al Dépor procedente del Sevilla Atlético y, tras una única campaña, el club herculino ya no se le irá jamás del corazón.
Porque él mismo, en distintas entrevistas, ha reconocido estar muy unido a un Deportivo que no logró el objetivo de regresar a LaLiga SmartBank cuando el colombiano pasó por Marineda. Hace ya dos temporadas de aquello, pero Lucho sigue regresando A Coruña de vez en cuando para visitar a viejas amistades forjadas en una temporada complicada y apasionante a partes iguales en lo emocional.
Lucho tuvo un curso en el que mostró su gran sello: el trabajo. Algo que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera, y es que el de Barranquilla ha forjado su propia trayectoria a base de esfuerzo. Nadie le ha regalado nada. En Riazor empezó siendo el suplente de Carlos Abad, pero cuando tuvo minutos, se ganó el puesto.
En el Rayo ha jugado dos partidos como titular, el primero y el último de los disputados por el Rayo Majadahonda. Habrá que ver si Alfredo Santaelena cuenta también con él ante el Deportivo. Una nueva prueba de fe para un guardameta que busca regularidad para seguir creciendo.
Aquella etapa en el Deportivo no fue sencillo. Le tocó lidiar con el banquillo, tirar de fortaleza mental, y trabajar en silencio hasta que llegó su oportunidad. En una entrevista concedida a este medio, explicó lo siguiente: "Tienes que tener la cabeza muy fuerte, rodearte de personas que verdaderamente te aporten cosas positivas y, por suerte y por bendición, tengo personas en mi vida que me han ayudado muchísimo".
Al guardameta colombiano también le tocó lidiar con una situación parecida en cuanto a la presión de la grada. Aquella temporada fue muy mala para el club. Siendo un recién descendido se esperaba que regresase a la primera al fútbol profesional, pero el club entró en invierno en una racha negativa que le llevó a pelear por no bajar a Segunda División RFEF y quedarse fuera del grupo de ascenso.