De A Coruña a Chonburi: la historia de Diego Bardanca, un trotamundos ex del Dépor e internacional con Filipinas

Diego Bardanca (León, 1993) lleva toda una vida ligada al fútbol. Pero su carrera ha vivido destinos muy distintos al del futbolista español corriente. Pasó por el Deportivo entre los 14 y los 18 años para, después, iniciar un camino que le ha llevado a Seinäjoki, Bytów, Gorica, Inđija, Tashkent, Buriram o Chonburi, donde se encuentra actualmente militando en la Primera División de Tailandia. Nos atiende tras un entrenamiento a pocas horas de cerrar su día, con seis de diferencia, para contarnos su historia. 

- ¿Qué lleva a un jugador español a llegar a la Liga Tailandesa?

- Todo se remonta a un par de años atrás, donde sí que nace ese interés del Buriram United, que es uno de los clubes más grandes del país y uno de los más importantes del sudeste asiático. Ahí se fragua un poco todo de ese interés. Por mi parte había muchas ganas de venir aquí. Hbaía jugadores españoles con mucho pasado en el Buriram, tamibén canteranos del Dépor como Rochela. Me informé, se dieron las condiciones y finalmente acabé firmando en Buriram la temporada pasada.

- Ahora estás cedido en el perseguidor inmediato del Buriram, ¿cómo es eso? No es habitual

Empecé sin participar, luego empecé a jugar todos los minutos y de la noche a la mañana dejé de participar. Sacábamos un colchón de puntos muy holgado, los dueños tienen buena relación. Hay cierta complicad para ceder jugadores.

Entrenar por las tardes

- ¿Cómo es el fútbol tailandés?

- No hay esa cultura de entrenar por las mañanas. Gusta mucho trasnochar. De hecho se ha reconducido muchas conductas de jugadores no tan profesionales quizás como Europa. Es verdad también que las temperaturas durante gran parte del año son muy duras de mañana. Como se hace muy pronto de noche, empezamos a entrenar a las 16.30-17.00 y ya cae la noche. No te voy a decir que refresca, porque no refresca, pero sí que casi el 100% de los equipos entrenan por las tardes. No solo en Tailandia, en toda Asia.

- ¿Y tu día a día en la ciudad?

- Es verdad que para mí el día a día no difiere de estar en León, A Coruña, Taskent o Buriram. Al final el entrenar por la tarde te hace estar focalizado. Me gusta levantarme pronto, leer la prensa, ponerme algún podcast de la noche si lo han scado, porque la diferencia horaria también cuenta. Voy un poco al gimnasio, leo, tomo un café y me preparo para el entrenamiento que me ocupa gran parte del día.

Diego Bardanca es internacional con Filipinas

- Otra curiosidad de tu carrera es que tú eres internacional con Filipinas. ¿Cómo surge esa opción? Porque nacer, naciste en León. 

- Lo de la selección es un tema curioso. Si la analizas te diría que un porcentaje muy alto, el 90%, no son nacidos allí. Son parentescos como es mi caso. Se dio la casualidad en 2019, de ahí también el interés de clubes importantes delsudeste asiático. Al principio lo recibí con mucha incredulidad, pero luego cuando vi que era una opción tangible con muchísima ilusión la verdad. Fue un descubrimiento que me ha ayudado mucho en mi carrera deportiva.

- ¿Filipino manejas un poquito o mejor en inglés?

- Un poquito. Pero es verdad que es muy variopinta, hay gente que ha nacido en Noruega, Alemania, españoles... todo el mundo utiliza el inglés. Muy pocos utilizan el nativo, que es el tagalo. Nos defendemos en inglés.

"Mi sueño no ha sido jugar la final de la Champions, sino vivir de mi pasión que es el fútbol"

Una mochila llena de experiencias

- Tú pese a tener solo 29 años has sido un trotamundos. Repasar tu carrera es viajar a Finlandia, Polonia, Serbia, Eslovenia, Uzbekistán... ¿De dónde surgen esas ganas de descubrir mundo?

- Mi sueño no ha sido jugar la final de la Champions, sino vivir de mi pasión que es el fútbol. Y otra de mis pasiones siempre ha sido conocer, descubrir lugares nuevos, que te aportan otro punto de vista y otro nivel cultural. El fútbol ha sido mi mejor maestro, me ha enriquecido a niveles inimaginables, cuando empecé a darle patadas al balón en la plaza del pueblo. Sinceramente, luego son opciones que van saliendo. Otras veces lo he buscado y se han dado los alicientes necesarios para poder reunir experiencias en el extanjero.

- Seguramente tengas vivencias para escribir un libro. Pero, ¿hay alguna de estas ciudades que te haya sorprendido la experiencia?

- Yo creo que en todas. La experiencia en Serbi fue muy dura, pero ahora con retrospectiva creo que fue una experiencia brutal. De resiliencia, de ver hasta dónde eres capaz de aguantar, de conocer gente con un pasado muy duro como es la guerra de los Balcanes. Muchas veces viajamos y decimos que hemos conocido un país, pero uno conoce un país cuando ves el día a día. Cuando ves que llueve y el viento te lleva toda la ropa. Vivencias el día a día de otra forma. Me he enriquecido de todos, cada uno de una manera. Uzbekistán también me marcó, más que por cosas buenas, por situaciones muy duras que vivimos. Me di cuenta de que pese a las diferencias que nos separan todos somos seres humanos. El fútbol y la vida van de personas. Todos lloramos, todos sonreímos en el mismo idioma. No somos tan diferentes. Me he intentado nutrir, no tendría un momento especial, tengo un cúmulo que me ha hecho ser la persona que soy.

"El primer día le metí una patada a uno que lo levanté dos metros un poco para decir aquí estoy yo"

Llegar a vestuarios tan distintos

- Y a un vestuario tan distinto, ¿uno cómo llega cuando es extranjero?

- Sinceramente, con mucha humildad. Me ha tocado muchos vestuarios donde yo he sido el único extranjero. Recuerdo Polonia y ser el único extranjero. Son caracteres muy duros, que les gusta imponer su forma de ser. Yo recuerdo llegar a Polonia, iba ya de sobre aviso; el primer día le metí una patada a uno que lo levanté dos metros un poco para decir aquí estoy yo. Encima estaba rapado que parecía un soldado y fue un poco para poner las cosas en su sitio. Llegué a Serbia y ves 25 miuras que hablan serbio, que son como animales, de hormigón armado y tienes que adaptarte. Intentas ser camaleón: escuchar mucho, no molestar e intentar sumar. Luego Uzbekistán también llegué, cultura musulmana, único extranjero. Escuchar y aprender. Rodearte de gente que te aporta y te aconseja. Gracias a dios se reunió un grupo de gente de confianza que me daba confianza y me ayudaba. También he intentado siempre aprender el idioma a los países que he ido, intentar involucrarme yo a ellos y no ellos a mí. Creo que al final cuando vas a un sitio nuevo es un poco cuestión de actitud. Tener la humildad de ponerse en sus zapatos.

Las conexiones en un "mundo muy pequeño"

- ¿Y todos esos movimientos como se gestan a nivel agentes y traspasos? Muchas veces te has movido a clubes donde no había una colonia de españoles, que puede ser algo más habitual.

- Ha sido también porque con los años te das cuenta que el mundo del fútbol es muy pequeño, es minúsculo. Hablas con un compañero que lo has tenido en Serbia, o que tenía un entrenador que estaba en Australia... siempre hay vínculos y conexiones. Yo siempre he buscado rodearme a nivel agentes con gente que tenía ese compromiso emocional y confianza. Cuatro o cinco personas que tenían bastante recorrido a nivel mundial y son los que me han ayudado. Es verdad que he estado en sitios poco comunes, muchas veces digo que he estado solo en sitios que ha habido guerras. A través de un compañero o un agente de confianza he sido capaz de llegar a un sitio o a otro.

La familia, talón de Aquiles para Diego Bardanca

- ¿Esto la familia cómo lo lleva?

- Ha sido un poco mi talón de Aquiles. Desde que salí de casa, yo lo hice con 14 años a Coruña, tengo ahora 29, llevo 15 por ahí trotando. Siempre ha sido complicado de llevar. Decir este año me voy a x sitio. Es como '¿no te cansas?'. Siempre ha sido mi talón de Aquiles. Pero bueno, ahora ya han entrado en razón, me ha costado muchísimo, es verdad que cuando vas a otro país tienes que poner tus zapatos, pues yo intento ponerme ahí y es normal que cueste dejar a un hijo con 14 años irse a un sitio donde podría pasarlo mal. Siempre eres padre y te pones en lo peor. A día de hoy lo llevamos genial.

- ¿Y de tu paso por el Deportivo, qué es lo principal que te llevas de A Coruña y de tu paso por aquí?

- Pues mira, de mi paso por el Dépor lo principal que guardo es mi mujer. La conocí el último año que estuve en la cantera, llevamos casi 12 años juntos. Ese es mi principal tesoro. Coleccioné también amistades que aún conservo, como Álvaro Ratón, Insua, Luis Fernández. Hablamos con asiduidad. En el Dépor aprendía  jugar al fútbol. Yo creía que sabía jugar, pero no. Venía de León que era guerrear, pero aprender el sentido de cada pase, el porqué de cada cosa, lo aprendí con Secho. Luego me acuerdo que vi mi primer partido de Primera División, Deportivo 0-3 Almería, debut de Emery en Primera. Me acuerdo de ver el Teresa Herrera y ver a Alan Smith y quedarme deslumbrado. Aprendí lo que era el fútbol, que lo veía de lejos. En León nunca podía vivenciar esas situaciones y la verdad es que disfruté como un enano los cuatro años que estuve allí.

El futuro

- ¿Algún país futuro que tengas ganas de visitar?

- Me gustaría mucho Sudamérica. He estado cerca de Perú o Bolvia. No se ha dado. Soy un jugador así un poco canchero, de dar leña. Por aquí cerca me gustaría Vietnam, Australia... pero desde hace mucho he decidido focalizarme en el día a día. Aprender a disfrutar de cada momento. La carrera del futbolista es muy efímera. Como decía Steve Jobs, si miras todos los días al espejo y dices que es tu último día, algún día tendrás razón. Van asomando los 30, ya no es una temporada más, sino una menos. Pero sobre todo eso, disfrutar del día a día. Es lo que intento llevarme.

- Y clavando algún taco también.

- Eso también. Está muy mal visto aquí en Asia, pareces un criminal. Y dices tú: prefiero hacer una falta que correr 50 metros. O las vigilancias. También es más cómodo, dejar girar y estar más expuesto. Pero a mí me gusta más estar encima y rascar y ser pesado.

Desde ElDesmarque queremos agradecer a Diego Bardanca su predisposición para hacer la entrevista y desearle toda la suerte del mundo de cara a sus futuras aventuras en el fútbol.