Salió a última hora del Deportivo para encontrar minutos y regularidad, y aunque está jugando, su primer mes en su nuevo destino está muy lejos de lo esperado. Tras cuatro partidos, los tres últimos como titular, todavía no sabe lo que es puntuar. Víctor Narro vive un periplo complicado en sus primeras semanas como jugador del Atlético Baleares.
No está siendo el mes esperado para Víctor Narro en su regreso a las Islas Baleares. El fino extremo mallorquín de 23 años se marchó cedido al Atlético Baleares después de no encontrar los minutos deseados en A Coruña. En Riazor valoran su talento, pero no entraba en los planes titulares de Óscar Cano y, para no gozar de minutos, todas las partes estaban de acuerdo en buscarle una cesión, según explicó Rosende.
Ya ha vivido un cambio de entrenador tras la destitución del exceleste Onésimo, pero lo que todavía no ha podido es vivir una victoria. El Atlético Baleares atraviesa un muy mal momento. El equipo está en descenso a Segunda Federación y no gana desde el ocho de enero (1-3 ante el Nàstic de Tarragona). Desde entonces, el club suma cinco derrotas y dos empates. Las últimas cuatro caídas consecutivas ya con Narro en dinámica.
Aunque es verdad que los resultados no son buenos, lo cierto es que el Atlético Baleares no ha estado lejos de poder transformar esas derrotas en triunfos. De hecho, hay que tener en cuenta que a Narro le ha tocado medirse a varios de los rivales por el ascenso: Eldense, Castellón o Amorebieta, además del Cornellà, que ocupa la zona media. Todos esos partidos acabaron con una derrota por la mínima. De hecho, el Atlético Baleares solo ha perdido dos partidos por una diferencia de dos o más goles a lo largo de la temporada, lo que habla de la competitividad del equipo, al que todavía le falta encontrar su momento con una plantilla que estaba preparada para algo más.
Desde luego, el inicio de Víctor Narro lejos de A Coruña no está siendo el esperado. Pero la temporada es larga y el Atlético Baleares, aunque está a cinco puntos de la salvación, todavía tiene tiempo de reengancharse a la salvación.