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Lendoiro muestra su lado más crítico con el Caso Negreira: "El mayor escándalo de la historia de nuestro fútbol"

Cubro el día a día del RC Deportivo de la Coruña

Augusto César Lendoiro, expresidente del Deportivo, vuelve a hablar del Caso Negreira después de sus últimas palabras en las que ya expresó en qué momento pudo iniciar la relación del Barcelona con el expresidente del Comité Técnico Arbitral. El antiguo mandatario escribe una carta a los medios que presentamos a continuación:

Caso Negreira. El 'delito' cometido por el Barça no prescribió

Días atrás partícipe en Cádiz en unas brillantes “Jornadas sobre el lenguaje en el fútbol”, previas al “Congreso Mundial de la Lengua Española”, en las que el Presidente Vizcaino consiguió reunir a personajes del fútbol de antes -José María García y José Ramon de la Morena nos obsequiaron con un histórico mano a man, con amplia tertulia gastronómica incluida- de ahora (Vicente Jimenez, Axel Torres...) y de siempre (Alfredo Relaño, Santy Segurola. Oscar Campillo, Luis Villarejo, Roberto Gómez…) clausuradas por Javier Tebas y Rafael Contreras, pero todos -los de antes, los de ahora y los de siempre- terminábamos hablando del mismo tema: “Negreira”.

El “caso Negreira-Barsa” ha conmocionado el fútbol y, para entenderlo bien, creo que es imprescindible ser claro y conciso: separar lo indiscutible -por ya probado- de todo lo demás, que pertenece aún al ámbito de la “presunción de inocencia”.

La opinión de Lendoiro sobre el Caso Negreira

Por una parte, no admite discusión, porque el Barçaa y el ex dirigente arbitral lo han reconocido, es que ha pagado el uno y recibido el otro más de 7.000.000€, desde 2001 a 2018, lo que constituye el mayor escándalo de la historia de nuestro fútbol.

Yo, el día que se conoció el bombazo, a preguntas de EFE, dije que “esto no hizo mas que comenzar”. Hoy lo reitero, incluso co mayor fuerza, porque cada día que pasa salen a la luz noticias que hacen que el caso sea todavía más vergonzoso.

Por otra parte, y en aras de ser lo más objetivo, tengo que proclamar que -fuera del hecho incuestionable que el Barsa pagó a Enríquez Negreira, al menos durante 18 años, cantidades escandalosas- todo lo demás debe quedar sometido a la “presunción de inocencia”, y, de forma muy especial, si parte de ese dinero sirvió para comprar o intentar comprar voluntades arbitrajes. Ese debate sería lamentable que se produjera, so pena de incurrir en la gravísima responsabilidad de condenar, a través de la “pena del Telediario”, a gente inocente.

Es evidente que algunos de los delitos han prescrito, de forma especial para los ex directivos más antiguos, pero, sin duda, se ha cometido un “delito”, que no figura recogido en el código penal y que, por ello, no prescribió. Ni lo hará en los próximos 100 años: “el delito contra el futbol”. Se han violado sus valores mas básicos.

Enríquez Negreira, en una foto de archivo (Foto: EFE).

Un delito contra el fútbol

Ese “delito contra el fútbol” perseguirá al Barça allí a donde quiera que vaya. Ya se produjo en “La Catedral”, históricamente un ejemplo de afición, donde los culés vivieron una noche para olvidar, a pesar de la victoria, por lo que parece que dilatar las explicaciones juega en su contra… aunque muy difícil tiene mi amigo Laporta, hombre hábil donde los haya, dar una explicación convincente...

El “delito” cometido por el Barsa perseguirá a club y seguidores -los máximos perjudicados- muchos años, por lo que la entidad tiene la obligación con sus socios, de utilizar todos los medios de defensa a su alcance, pero lo que no puede hacer es falsear la realidad de lo que era el fútbol de entonces, lo que a muchos nos ofende, cuando ponen a funcionar el ventilador diciendo que “en aquella época todos lo hacían”, porque saben que eso no lo hacia nadie.

Los aficionados de siempre sabemos que el fútbol tiene sus “mandamientos”, que se resumen en dos: “no cometerás delitos contra los valores del fútbol” y “defenderás el balón y el árbitro por encima de todas las cosas”.

El balón y el árbitro son los dos pilares que sostienen nuestro deporte. Si uno de esos pilares sufre “aluminosis” el fútbol se derrumba.

Con lo ya probado, es indudable que el “caso Negreira-Barsa” ha erosionado de forma brutal la base del deporte, y de forma especial a la figura arbitral, por lo que todo el fútbol mundial se pregunta ¿Cómo es que aún no ha dimitido ningún auditor, ni ejecutivo, ni dirigente?

“La pelota no se mancha”, sentenció para la historia Diego Armando Maradona para distinguir su vida privada y su vida futbolística. Yo, a esa maravillosa frase del “d10s”, le añadiría. “...y el arbitraje tampoco”.

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