El Dépor y el Racing de Ferrol reeditan este domingo una nueva edición del derbi de las rías, una rivalidad surgida en los años 20 con el nacimiento y consolidación del conjunto verde después de unos primeros años sin estabilidad futbolística en la zona. De una manera similar a la forma en la que se fomentó el 'pique' con el Celta de Vigo, fue otro fichaje el que terminó de desatar el enfrentamiento entre coruñeses y ferrolanos. Los blanquiazules robaron al cuadro departamental a una de sus estrellas, Joaquín Vázquez (1887-1965), que acabó recibiendo una paliza por aquello.
Han pasado 100 años y, después de mucho tiempo con la llama apagada, la rivalidad entre Dépor y Racing vuelve a resurgir en lo profundo del fútbol español. Lejos de la élite a la que ahora aspiran ambas entidades y muy alejado de un pasado que durante años apenas les permitía verse las caras en verano.
Después de tres años de enfrentamientos en liga y compitiendo por objetivos similares, las aficiones de ambas entidades, separadas por menos de una hora en coche, viven sus pequeñas batallas dialécticas por redes sociales. El despotismo herculino, acostumbrado a mirar por encima del hombro a su vecino más cercano, ahora tiene que acostumbrarse a mirarse a los ojos. Y es que este Racing, además de buen equipo, poco tiene que envidiar a los de Riazor. Un siglo después de que se iniciase una rivalidad que tomó por nombre a las Rías Altas y que se avivó por el fichaje de Joaquín Vázquez, se reencuentra en A Malata jugándose las opciones de ascenso directo.
Plata en Amberes (1920) con la selección nacional, llegó a Ferrol para cumplir con el servicio militar e, inmediatamente, demostró sus grandes dotes para jugar al fútbol. Parte del parte del 2º Regimiento de Infantería, llegó a la ciudad como muchos otros jóvenes para cumplir sus obligaciones. Él, desde Irún.
Nació en Badajoz y fue carpintero; su vida, poco recordada con el paso del tiempo. Hijo de carabinero, el cuerpo armado que entre 1829 y 1940 vigilaba las fronteras españolas, desde muy pronto se dedicó al deporte rey, que poco a poco iba consolidándose en la sociedad, aunque no de manera profesional. Cuando era muy niño su padre fue trasladado a la frontera, a Irún . Allí fue donde se inició en el fútbol mientras trabajaba de aprendiz en una zapatería en las filas del Deportivo Irunés. También militó en el Racing de Irún, que luego se fusionaría con el Sporting para dar lugar al Real Unión de Irún (en el que también militó).
Fue reclutado por la selección para jugar en los Juegos Olímpicos de Amberes en unas pruebas en Vigo. Acudió de la mano del Deportivo, aunque federativamente todavía pertenecía al Racing de Ferrol. Según Marca, el partido en la ciudad gallega fue llamado los probables contra posibles. Después de muchos intentos logró batir a Zamora y fue elegido para viajar a Amberes.
Fue importante para la consolidación de un club en Ferrol, que hasta el momento no había tenido regularidad para unirse y competir en una región (Galicia) en la que el Deportivo ya asomaba la cabeza, el Coruña empezaba a quedarse a un lado y en Vigo quedaba poco para que el Fortuna y el Vigo Sporting se uniesen para conformar el actual Celta. Y sí, el Dépor ya habría sido campeón de España para entonces, aunque esa es otra historia.
Los primeros años de football en la ciudad herculina dejaron una fuerte rivalidad entre el Dépor (primero bajo el nombre de Sala Calvet) y el Coruña, lo que obligó a mirar más lejos para buscar rivales. Y ahí entró en escena Ferrol.
La inauguración del campo de Caranza, que tuvo al Deportivo como invitado, inició una rivalidad que empezaría a volverse colorada a raíz del fichaje de Joaquín Vázquez por el cuadro herculino. El conjunto blanquiazul le invitaría a un amistoso en el que destacaría. Según explica La Opinión, anotó siete goles y sería reclutado bajo su propio consentimiento. Algo que fue motivo de enfado y crisis en la ciudad departamental.
Acabó jugando en el antiguo parque de Riazor y vivió dos etapas distintas llegando a jugar hasta cuatro años en el Deportivo. Aunque más que por su etapa con blanquiazul, se le recuerda por ser uno de los héroes de Amberes, primer éxito nacional del fútbol español.
Cuando fichó por el Dépor aquello sentó muy mal a la afición del Racing. Tanto que un día le dieron una paliza. Según explicó al Semanario AS, en Ferrol, literalmente, lo querían matar. "Una noche salieron a mi encuentro unos cuantos individuos y me pegaron una paliza", explica sobre una de las experiencias más difíciles. Solo se pudo librar de los matones a la fuerza. "Me libré de ellos sacando el machete", relata.