Óscar Cano, entrenador del Dépor, analizó en la sala de prensa de Riazor el partido ante el Córdoba. Un partido en el que no podrá contar con Lucas Pérez y en el que tiene varias dudas que resolver respecto al posible once titular para una auténtica final en El Arcángel. En frente, un equipo con el coruñés Manuel Mosquera al frente para revertir una situación complicada.
Golpe encima de la mesa: "Pues sí, todos buscamos nuestros objetivos y que duda cabe de que lo que tenemos en frente ante nosotros es un gran escenario. Partía con el mismo objetivo que nosotros, fue líder durante muchas jornadas, está ante su última oportunidad de poder hacer play off. El tiempo se acorta y si queremos conseguir los objetivos hay que afrontar este tipo de partidos que es trascendental".
Nervios en Córdoba: "Si tiramos de experiencia y vemos situaciones similares, vemos lo que puede suceder. Ellos durante la primera vuelta hicieron un fútbol excepcional. Como no podía ser de otra manera, vieron que era posible. No solo hacer play off sino ser campeón a final de temporada. El fútbol es un deporte que por eso levanta tanta pasión, es imprevisible y cambia de un día para otro. Después de una mala dinámica que tiene que ver con un bajón y con situaciones que tiene que ver con que muchos partidos no han sido justos, sino estaría luchando por los primeros puestos, el rendimiento del equipo ha estado por encima.
Su gran oportunidad: "Se genera un ambiente enrarecido, pero hay la conciencia social de sus seguidores que están ante sus últimos seis partidos. Gran parte de las posibilidades de play off tienen que ver con ganar estos dos partidos, el del domingo y el del miércoles. En relación al fútbol, esto va también de condiciones de jugadores. Ellos ante el Alcorcón jugaron con dos delanteros, reforzando partiendo de izquierda. Es un equipo más vertical, más directo, que trata de conquistar espacios en la mayor prontitud. Cuando ha realizado los cambios, la presencia de Javi Flores, De Las Cuevas, Simo... han dejado de ser y se ha verticalizado menos el fútbol. Dime con quién juegas y te diré cómo puedes jugar. Pueden aparecer las dos versiones. No tiene a Diarrá, veremos quién lo suple, si juegan con dos puntas o uno, un extremo más puro... vamos a ver qué proponen.
Mensaje a la grada: "Insistencia. Se nos puede acusar de tener un rendimiento excesivamente distinto (Riazor a fuera), pero no hemos sido inmovilistas. Lo hemos intentado todo. Se nos puede acusar de muchas cosas menos de no ser ambicioso. Tenemos la esperanza a través de insistir y no desistir de encontrar ese momento que de verdad gire el viento. Si ya hay exigencia, lo que pueden tener garantizado es que nos vamos a partir la cara para cambiar esa dinámica".
Aspecto psicológico fuera de casa: "No lo sé. Influye, somos como somos y todo interactúa, la parte mental y la futbolística. Pero no creo yo... ha habido circunstancias del fútbol, de nuestras decisiones, que igual han hecho que no rindamos de la mejor manera fuera de casa. Ha habido partidos que nos hemos podido poner por delante y otros partidos que estando la igualdad presente nos hemos quedado en inferioridad numérica. Han pasado muchas cosas como para decir que solo ha sido un aspecto. Lo que sí que es cierto, no encajamos los golpes de la misma manera que en casa. El día del Fuenlabrada, por ejemplo, que veníamos de perder y la gente tuvo esa tranquilidad. Repito, tiene que llegar ese día y qué mejor momento que en Córdoba".
Calor: "Cuando el domingo yo desconocía que había un frente climático. Estos meses ya suele suceder en alguna semana suele haber un aumento exagerado de temperaturas. Según me comentan, todos los medios se hacen eco de una situación excepcional. En ese sentido es normal que se retrase. También supongo que no bajaremos de los 30 grados, y claro que eso condiciona. Las circunstancias reales no las sabremos hasta que juguemos. Necesitaremos todos los cambios, secuenciarlos bien, pero más allá de eso es una putada para la gente que se había organizado, pero había un condicionante que condiciona mucho. Un jugador no puede jugar a 36 grados".
Dualidad de emociones: "En lugares donde hay tantísima presión y exigencia comprendida, lo comprendemos, hay una diferencia abismal entre lo que el club y su gente es y la categoría a la que pertenece. Eso hace que haya más nervio y estrés. Se hace muy necesario que por lo menos parte de nuestro discurso esté relacionado con algo que es real. Si se gestiona bien te gestiona. Nosotros que estamos constantemente hablando, tenemos que hacer ver que no podemos entrar en una dinámica que ese estrés nos penalice, sea patológico. Hay un estrés que es normal, dado en el fútbol, pero no puede acabar afectándonos. Si no también introducimos nuestra mente en algo que no es real: pensar que cada partido es una final. Hay que trabajar desde la máxima tranquilidad, saber que ningún golpe es definitivo. Hay que relativizarlo todo. Lo que tendremos es la certeza de que como gestores ese estado de ánimo, dar la máxima tranquilidad para trabajar de la mejor forma posible".