El futuro de Rubén de la Barrera en el Deportivo depende de varios factores. Tiene contrato hasta 2024, pero una cláusula liberatoria. Así fue el acuerdo firmado por el técnico de Elviña, que ya explicó desde Castalia que quiere continuar. Es el entrenador ideal para reconstruir y preparar un nuevo proyecto en A Coruña, pero no puede ser a cualquier precio. La dirección deportiva, la idea futura del club y su poder de decisión, entre los factores a analizar y ponerse de acuerdo.
Llegó como un soplo de aire fresco y desde el primer día reconectó a equipo y grada. Por su energía, contagiosa en el peor momento; su deportivismo, cercano y representativo de una afición igual de pasional que él; y por su idea de lo que debe ser este club: valiente, protagonista y de cantera.
Por eso, las líneas del futuro proyecto deben pasar por una sintonía totañ para un Rubén de la Barrera que ya vivió una vez un episodio complicado en A Coruña y no querrá sustos.
"Mis ganas son todas, más allá de categorías. Soy deportivista, quiero ayudar al club a intentar transformarse en aquello que le dé consistencia, solidez y orgullo para que la gente siga sintiendo que el Dépor es un club enorme" - Rubén de la Barrera en Castalia
El Deportivo va a tener una semana de reflexión en la que tiene que ir apuntalando el futuro del proyecto. Los "muchísimos" cambios que advirtió Antonio Couceiro y que de momento se ha trasladado en uno que ya venía siendo rumoreado: el cambio en la secretaría técnica. A la salida de Carlos Rosende y Juan Giménez deberá acompañarle un nuevo director deportivo, que de momento y tras salir varios nombres, todavía no está decidido. No es un tema baladí, pues como explica La Voz de Galicia, De La Barrera quiere trabajar con alguien que tenga su misma idea de club para ir de la mano.
Además, el mismo medio indica que Rubén de la Barrera, que ha dedicado el lunes a analizar lo que ha salido mal, quiere mantener una reunión con David Villasuso, director general del club. Las cartas deben estar sobre la mesa y todos ir en una misma dirección.
Lo dijo nada más llegar y lo ha demostrado con sus primeras decisiones: el Deportivo debe ser un club con un peso importante de la gente de la casa. Y eso incluye espacio para los más jóvenes. Es decir, que las plantillas no sean de 24 jugadores y lo condicionen todo, como ha sucedido este año.
Su fe en la gente de la casa es total. Pero necesita que el club y la nueva dirección deportiva naveguen por el mismo rumbo. Él puso la primera piedra, dando la titularidad a Yeremay, que acabó siendo de los mejores del curso; devolviéndole minutos a Trilli; subiendo a David Mella o dejando claro que quien esté listo para derribar la puerta, lo hará sin miedos.
"Quiero que mi club haga las cosas bien porque creo que haciendo las cosas bien uno deportivamente recogerá ese fruto" - Rubén de la Barrera tras la derrota