La actualidad del Deportivo de La Coruña no sólo pasa por la derrota ante el Fuenlabrada de esta última jornada. También por el terremoto que vivió el equipo femenino cuando Miguel Llorente estaba al frente del banquillo herculino. Más de un año después, la que fuera su segunda entrenadora en la 2021/22, Ana Gónzalez, ha relatado el calvario que vivió en esta etapa profesional.
A pesar de que algunas jugadoras denunciaron lo que estaba ocurriendo, Llorente fue restituido por el Dépor tras no apreciar actuación "irregular ni sancionable".
Muchos meses después, González quiere se conozca su versión y cuenta en Relevo que empezó a darse cuenta de que algo no iba bien a través de las jugadoras. "Tenía actitudes que a mí no me gustaban".
Como por ejemplo, "hacía referencia de forma despectiva a la discapacidad de Eva, que tiene un problema auditivo, y él siempre decía que cuando él hablaba, ella no le entendía porque era sorda, que estaba muy mimada… Alguna vez se metía con el peso de las jugadoras. A veces se lo decía directamente: "Estáis comiendo muchas veces fuera, que lo veo en redes sociales", ha asegurado la exentrenador deportivista.
Asimismo confiesa que trabajar con Llorente cambió su vida y que tenía ansiedad por todo lo relacionado con el trabajo que acabó afectando al resto de sus facetas personales. "Dejé de ir al gimnasio, dejé de quedar con gente, mi vida era casa y trabajo. Poco veía a la familia. Te metía miedo, miedo por todo. Estábamos finalizando la pandemia y me decía: "Es que te vas a contagiar, es que ten cuidado, es que deberías estar trabajando, deberías estar atenta del móvil". Es que yo el móvil creo que nunca lo tuve sin batería y si lo tenía sin batería era una ansiedad", confiesa González.
"Igual iba a tomar un café y yo llevaba mi portátil, mi tablet y el móvil por si acaso él necesitaba algo. Perdí todo", reconoce la que fuera segunda entrenadora del Dépor.
Al principio, pensaba que la presión que sentía en el trabajo era porque "algo no estaba haciendo bien". Pero se dio cuenta de que "se metía en mi vida privada, en lo que hacía y dejaba de hacer".
González asegura que esta intromisión en la vida personal de ella la sufrían las futbolistas. "Hacía capturas de pantalla de las redes sociales de las jugadoras y las enviaba al chat del cuerpo técnico y hacía comentarios de "igual estas dos están juntas" o "ésta engordó muchísimo". Y hacía comentarios sobre las parejas de alguna de las jugadoras, que "estaban muy buenas", que si "qué tetas más grandes tiene", "yo le daba".
Para ilustrar todas estas situaciones, González recuerda que Miguel Llorente entraba en el vestuario y comentaba la ropa interior que las jugadoras tenían en un carrito. "¡Eh! Estos tangas, no sé qué... Este tanga debe de ser de...", asegura la exentrenadora.
Ana González asegura que se sintió liberada al comunicar que dejaba su puesto y relata que no ha recibido llamada alguna del club desde que le pidieran que testificara en la ciudad deportiva. "Yo no quería ir donde él estaba, yo era la víctima y él, mi agresor".