La defensa de cinco que presentará Italia ante España en los octavos de final de la Eurocopa 2016, trae malos recuerdos en la 'era Del Bosque', que suele verse en dificultades para encontrar soluciones ofensivas y saldrá a Saint Denis con las derrotas ante Holanda y Chile del último Mundial presentes.
La hegemonía de la selección española en el fútbol con la conquista de dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012, provocó el respeto máximo de todos sus rivales. Muchos aún siguen cambiando su identidad cuando se enfrentan a la Roja. Modifican sus sistemas, entregan el balón y se encierran en su terreno para esperar e intentar hacer desesperar a los internacionales españoles.
En especial hay un esquema que se les ha atragantado a los jugadores de Del Bosque, la defensa de cinco que la Italia de Cesare Prandelli mostró como camino para frenar a la Roja en el primer partido de la Eurocopa 2012.
Aquel 10 de junio en Gdansk (Polonia), España sufrió para igualar el tanto de Di Natale. Cesc acabó saliendo al rescate cuando la línea defensiva formada por Giaccherini, Chiellini, De Rossi, Bonucci y Maggio desfiguraba el fútbol de toque español.
Sin embargo en la final de Kiev, la 'azzurra' pagó cara su valentía al renunciar a la zaga poblada. El 4-0, la mayor goleada en una final de Eurocopa, fue el castigo por jugar de tú a tú a la selección española.
Dos años después, en el Mundial de Brasil no hubo reacción de España ante las defensas de cinco. Holanda y Chile las plantaron con éxito para provocar la eliminación española a las primeras de cambio. Nunca hubo una derrota del vigente campeón de un Mundial tan sonrojante como aquel 1-5 en la venganza holandesa de la final de Johannesburgo.
Plantó una zaga con Janmaat, Vlaar, De Vrij, Martins Indi y Blind. España marcó de penalti, cuando Xabi Alonso puso la ventaja antes del desplome con el tanto al borde del descanso gracias al testarazo en plancha de Van Persie y cuatro en el segundo acto en un ejercicio de impotencia español. No mejoró ante Chile, 0-2, sin soluciones ante una defensa de cinco con Isla, Silva, Medel, Jara y Mena.
Ha estado en la cabeza de Del Bosque desde que la derrota ante Croacia puso a Italia en el camino. Antonio Conte ha recuperado la imagen más rocosa de la 'azzurra' jugando de forma directa con sus dos puntas y partiendo de una defensa con tres centrales, que se ha bautizado como la otra BBC -Barzagli, Bonucci y Chiellini- y dos carrileros, todo indica a que mañana serán Florenzi y Darmian.
La posesión será española y la velocidad del toque se antoja decisiva ante el orden italiano. La presencia de los laterales Juanfran Torres y Jordi Alba en ataque tendrá que ser escalonada y cada incorporación ofensiva bien elegida. En la Eurocopa no era extraño ver a los dos arriba a la vez, algo que Italia castigaría con la presencia de dos puntas y el mano a mano que tendrían con Gerard Piqué y Sergio Ramos en cualquier balón en largo.
Las triangulaciones que hace España como nadie, deberán tener más continuidad que nunca. El movimiento entre líneas de jugadores como Andrés Iniesta o Cesc Fábregas, el desplazamiento partiendo de banda hacia el interior de David Silva y Nolito, será utilizado para provocar el desorden.
A Álvaro Morata le espera un partido duro, de pelea y desgaste con tres centrales a los que conoce a la perfección. Esa dificultad del punta fue una de las razones por las que Del Bosque apostó, en una época, por la figura del falso nueve. Con Cesc en esa demarcación, bordó el fútbol en la conquista de la última Eurocopa.
En el presente es una variante que no se ha planteado. Incluso se pasó a dos delanteros en la fase de clasificación y la fe ciega en las cualidades de Morata ha terminado dando resultado en la cita en Francia. El último precedente es descorazonador. La modesta Georgia disfrutó en Getafe del triunfo de su vida (0-1), en el último amistoso de preparación de la Eurocopa. Plantó dos líneas de cinco sin ningún complejo. Diez futbolistas por detrás del balón y sin espacios. No hubo respuesta española que ante Italia encara el examen táctico que se le atraganta.