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Un Hungría-Portugal histórico: ¡67.000 espectadores en las gradas del Puskas Arena!

El Puskas Arena, abarrotado para el Hungría-Portugal (Foto: EFE).
Marcel Nagy (EFE)

Cánticos, banderas, bufandas y bengalas de colores. El Puskas Arena de Budapest es un hervidero de gente en el Hungría-Portugal, con una imagen inédita en esta Eurocopa y en los últimos meses: un lleno con 67.000 espectadores en el estadio, donde las mascarillas no son obligatorias.

El estadio, que lleva el nombre del histórico goleador de la selección húngara y española, es la única sede de la Eurocopa que permite el aforo máximo.

La zona alrededor del estadio se cortó ya al mediodía y poco después de las 15.00 horas, miles de aficionados partieron en una marcha desde la cercana Plaza de los Héroes, con banderas y bengalas, hasta el Puskas Arena.

Más del 90% de los 60.000 aficionados que llenarán las gradas son húngaros, según informó días antes la Federación de Fútbol Húngara (MLSZ).

Los aficionados magiares todavía recuerdan el partido que jugaron las dos selecciones en la Eurocopa de Francia 2016 y que concluyó con un empate de 3-3 en la tercera jornada.

Tamás, un camarero de una pizzería de Budapest, dijo a Efe que espera "otra vez muchos goles, como en 2016".

Los aficionados húngaros, durante el Hungría-Portugal (Foto: EFE).

"Esta vez ganaremos. 60.000 aficionados son muchos", enfatizó sobre el apoyo que darán las gradas a la escuadra de Marco Rossi.

Una joven profesora, Dorina Marian, también recordó el 3-3 de 2016 y subrayó que "todo es posible en el fútbol", pero lamentó la ausencia de Dominik Szoboszlai, el mayor talento húngaro, que se pierde la Eurocopa por lesión.

"Los portugueses, con Ronaldo, atacarán más y ganarán con dos goles", concluyó con resignación.

Portugal nunca ha perdido en sus 13 partidos anteriores contra Hungría, con un saldo de nueve victorias y cuatro empates, anotando 30 goles y concediendo solo diez.

La mascarilla, opcional en Hungría

Dentro del estadio, el uso de mascarillas no es obligatorio, aunque sí recomendable, pero la mayoría del público ha decidido no ponérsela.

Para poder entrar en el Puskás Aréna los húngaros tienen que presentar su "certificado de protección" que prueba que su portador ha recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra la COVID.

Esta medida fue criticada por varios expertos, que señalaron que la primera dosis en sí no es garantía suficiente, ya que la inmunidad se desarrolla al menos siete días después de recibir la segunda dosis.

Actualmente el 55% de la población ha recibido al menos la primera vacuna y el 44% ha sido inmunizado con la pauta completa.

El Puskás Aréna fue inaugurada en 2019 con un amistoso que Hungría jugó con la selección del Uruguay, en el que los sudamericanos ganaron (2-1).

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