Este viernes 14 arranca la Eurocopa de Alemania 2024. Por delante, un mes lleno de fútbol y, desgraciadamente, con la seguridad en las calles germanas en vilo por la presencia de miles de ultras en todo el país.
A pesar de que en España el movimiento más radical de los aficionados del fútbol no tiene tanta fuerza, en el país centroeuropeo se darán cita los grupos de otros países como Francia, Inglaterra, Italia, Grecia o Turquía. Y ni que decir tienen los hinchas, por llamarlos de alguna manera, de los países del este de Europa. Hungría, Albania, Serbia o Polonia, en el foco.
El panorama ultra ha evolucionado con el paso de los años y los episodios vividos en la Eurocopa de 2016 dieron el empujón definitivo para establecer el nuevo paradigma de los sectores más violentos. A continuación, una radiografía de ello.
El perfil de los aficionados más violentos y radicales ha cambiado enormemente. Atrás quedan los grupos de borrachos descontrolados. Tras los altercados que se vivieron durante la Eurocopa de 2016, cuando decenas de rusos asaltaron a los ingleses en Marsella, se estableció un punto de inflexión dentro del estilo de los radicales del fútbol. En 'Los nuevos ultras del fútbol europeo', el reportaje de Nacho Carretero en El País Semanal, un perfecto análisis de este asunto.
Ahora son jóvenes organizados en grupos jerarquizados, ataviados siempre de negro y con firmas de ropa bastante marcadas, conectados a través de las redes sociales y muy preparados físicamente, con conocimientos de lucha, adictos al gimnasio y que ni beben ni se drogan.
Utilizan el fútbol como una excusa para pelearse y demostrar la fortaleza de sus grupos, que están a la altura para verse –y partirse– las caras con los ultras de otros equipos o países. En muchas ocasiones, el resultado de los partidos es lo menos importante. Lo verdaderamente relevante para ellos es la imagen y el prestigio del grupo. Para ello, las normas en las gradas son claras: el partido se ve de pie, se anima sin cesar y casi nunca se lleva la camiseta del equipo, aunque sí algún distintivo.
Uno de los aspectos que más ha cambiado en cuanto a los aficionados violentos es la coordinación con las autoridades policiales. En esta Eurocopa, las fuerzas de seguridad de los países de toda Europa colaborarán con la Europol y la UEFA en el intercambio de información –vital en una labor tan complicada, teniendo en cuenta la variedad de ideologías y lazos o amistades que puede haber entre los grupos violentos de cada país– y control de los hinchas para intentar evitar que se produzcan altercados.
Hoy en día, las autoridades policiales conocen a la perfección los grupos radicales e incluso se coordinan con ellos para permitirles exhibir su fuerza de grupo paseándose por las ciudades que visitan con la menor cantidad de daños posibles. Ejemplo de ello, los corteos policiales a las aficiones visitantes en los encuentros europeos del FC Barcelona.
Bien es cierto que, en ciertas ocasiones, las quedadas entre grupos de ultras para pegarse siguen escapando del conocimiento de la policía. En esos casos, los bandos pactan clandestinamente un lugar y una fecha para encontrarse y enfrentarse, aunque siempre con una serie de normas pactadas, una práctica que antes era exclusiva del este europeo, pero que ya se ha extendido por todo el continente.
La Eurocopa que este viernes arranca estará en el foco, además de por el fútbol, por la seguridad de los aficionados, ya que varios grupos de radicales se pasearán por el país centroeuropeo en busca de vanagloriarse de su fortaleza.
Los grupos en los que se centra el foco y que, a priori, pueden ser las protagonistas de los incidentes a lo largo de esta Eurocopa 2024 encontramos a los ultras ingleses, siempre metidos en todos los ‘fregados’ y con las fuerzas de seguridad impidiendo viajar a más de 1.500 personas; los aficionados provenientes de los países de Europa del Este: Serbia, Ucrania, Polonia, Hungría y Albania, con los Ilyrian Elite, uno de los grupos de ultras albaneses más peligrosos, con su asistencia ya confirmada. No faltarán los turcos o los griegos, e incluso los rusos, que sin tener a sus jugadores compitiendo en el torneo, no aprovecharán alguna oportunidad para dejar huella.
¿Os acordáis de las famosas peleas entre Rusos e Ingleses?
La Eurocopa de Francia era un KAOS... pic.twitter.com/k83pgkbYPB
— ULTRAS 𝕳 ACCOUNT OF (@UltrasAccountOF) March 19, 2020
Algunas ciudades sedes de encuentros de la competición cuentan, ya de por sí, con peligrosos grupos de aficionados ultras. Partiendo de las grandes diferencias entre el este y el oeste de Alemania en cuanto al surgimiento de estos grupos, a las siguientes ciudades se les pondrá especial atención.
Frankfurt es la primera de ellas. Allí se ubican los violentos del Eintracht de Frankfurt, el grupo de radicales más importante de toda Alemania, con ideología de izquierdas y muy activos en la lucha contra las desigualdades.
En la ciudad del centro de Alemania se pondrá especial atención al encuentro entre Dinamarca e Inglaterra, el 20 de junio, pues los ingleses rara vez escapan de los enfrentamientos.
Düsseldorf no se queda atrás. En la localidad del oeste alemán residen los ultras del Fortuna Düsseldorf, radicales de extrema derecha cercanos a la ideología nazi. Una línea similar siguen los violentos albaneses, que marcan el partido más vigilado de la primera fase en esta ciudad, el Albania – España el día 24.
Gelsenkirchen, la siguiente en la lista. La ideología nazi reina en los ultras de este lugar, lo que hará que se ponga el foco en ella durante uno de los partidos más calientes en este sentido de todo el torneo, el Serbia – Inglaterra de este domingo, día 16. Dos de las aficiones más temidas, en el tercer día de competición. Sin duda, una de las pruebas de fuego para la seguridad de Alemania.
Hamburgo. En este caso, son varias las posibles fuentes de problemas. A lo largo de la ciudad-estado de Hamburgo nos encontramos con los grupos de violentos del St. Pauli, de carácter obrero, izquierdista, anarquista y antifascista, muy reivindicativo a nivel social y uno de los grandes exponentes de las luchas antirracistas y antihomofóbicas. En frente de ellos, los ultras del Hansa Rostock, su ‘rival político’ y simpatizantes del fascismo y del nacismo. Por si fuera poco, el ‘rival deportivo’ del St. Pauli, el Hamburgo, también cuenta con un importante sector radical que puede entrar perfectamente en la ecuación.
Todos los encuentros de la ronda inicial que se juegan en esta ciudad hacen saltar las alarmas ante posibles altercados, pues en ellos se prevé el desplazamiento de alguno de los grupos más peligrosos: Polonia - Países Bajos, el día 16; Croacia – Albania, el 19; Georgia – Chequia, el 22; y Chequia – Turquía, el 26.
En Colonia encontramos al Wild Horde, el colectivo ultra más grande del Fc Colonia, con origen en los Ultras CCAA. A pesar de que muchos de los grupos alemanes que entran a los estadios evitan la politización dentro del recinto, en el caso de estos hinchas, el rechazo hacia esa apolitización es claro. Durante los partidos, cuelgan de la valla el rostro del guerrillero “Che” Guevara. En esta ciudad, el Hungría – Suiza del día 15 y el Inglaterra – Eslovenia del 25, marcados en rojo.
Berlín, la capital, con dos bandos enfrentados. Hertha y Union Berlín conviven en la ciudad, dos equipos que históricamente, han pertenecido a dos Alemanias diferentes.
Al primero de ellos, además de por sus ultras, se le relaciona con el régimen nacionalsocialista por jugar en el Olympiastadion, sede del primer partido de España y construido por los nazis. El Union Berlín, por su parte, se le conoce actualmente como el Eisern Union (la unión del hierro), por lo que ese carácter de los trabajadores metalúrgicos permanece, aunque ya cuenta con seguidores de todas las ideologías.
La visita de los ultras de otros países a Berlín puede provocar altercados con algunos de los dos bandos. El Polonia – Austria del día 21, principal foco.