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El cabreo de Rüdiger tras marcarse un gol en propia inexplicable: gestos a todo el mundo

Rüdiger no se cree el gol que ha marcado
Escribo de todo, y a veces incluso lo hago bien.

Cuando el partido estaba más que finalizado, un centro lateral de Escocia fue rematado por uno jugador de Escocia. El remate no iba precisamente a portería. El balón fue directo a la cabeza de Antonio Rüdiger, que no se esperaba el esférico. De manera difícil de explicar, ese rechace fue directo a portería y Manuel Neuer no pudo hacer nada. Se revisó un posible fuera de juego posteriormente, pero el gol acabó subiendo al marcador.

Supuso el 4 – 1, y aunque fuese en el minuto 87, no fue el marcador final. Emre Can, en el miuto 93 a falta de segundos del final, tuvo una última ocasión en la frontal del área que supo aprovechar. 5 – 1, un resultado muy abultado que enmascara ese gol que no gustó nada al defensa del Real Madrid. Cuando vio que el balón entró en su portería, Rüdiger hizo alterados gestos a sus compañeros, a sí mismo, al cielo… Un cabreo que define la energía y la profesionalidad del jugador en todo momento pese a que el resultado sea muy favorable.

Rüdiger presencia una paliza de Alemania

El primer partido de los de Nagelsmann fue un paseo. Los escoceses se presentaron de manera imponente en el partido: gaitas, gritos, y cantando el himno a capela. Sin embargo, la máquina alemana no tardó en destrozar los planes de Escocia. En 10 minutos, Kimmich supo hacerse hueco, encontró a Florian Wirtz y con la clase que tiene el chaval puso el balón en la cepa del segundo palo.

El recital de Alemania siguió y nueve minutos después, Gündogan filtró un pase perfecto para los pies de Havertz. Recortó, se la dio a Musiala que se revolvió en el área con un movimiento espectacular, y trallazo. Golazo del que fue, sin duda, el hombre del partido.

El tercer gol vino de una entrada asesina de Porteous a Gündogan que pudo romperle el tobillo al jugador del FC Barcelona. Fue penalti claro y roja directa para el escocés. Havertz no falló desde los once metros.

Füllkrug fue el que puso el 4 – 0 nada más saltar al campo. Fue el primer balón que tocó. Una jugada mágica de Musiala por la izquierda acabó con un rechace de uno de los defensores. El delantero del Leverkusen recogió el balón y lo enchufó por la escuadra. Los dos goles restantes, el de Rüdiger y el de Can.

Los alemanes celebran un gol.

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