La entrada más dura del año la hemos vivido en el duelo entre Rangers y Slavia de Praga en la UEFA Europa League. El jugador local Kemar Roofe (cuyo golazo en Lieja en fase de grupos dio la vuelta al mundo) vio la roja directa por una brutal patada de kárate al meta rival, Ondrej Kolar.
A pesar de que al principio Kemar Roofe reclamaba que había ido al balón, viendo la sangre por la cara del meta checo cambió de parecer. Kolar tuvo que pedir el cambio ante la brutalidad de una acción que no admite discusión.