No digan gol, digan Messi. Otra vez el astro argentino del FC Barcelona salvó de los apuros al equipo de Luis Enrique y permitió a los suyos sumar tres puntos vitales en la pelea por la Liga. El argentino, cansado de las críticas, ha decidido ser el verdadero capitán de este equipo y, de momento, tras la derrota en París, ya ha dado la victoria en los dos partidos que se han jugado.
El Calderón era un escenario perfecto para volver a brillar. Eso pensó Leo Messi, jugador que suma 12 goles en todas sus visitas al estadio del Atlético. No podía despedirse de otra manera que siendo determinante. Aunque su partido no resultó ser el mejor, sólo ver sus carreras con el balón parecía intimidar a la defensa colchonera. Así, cuando todo parecía estar abocado a un insuficiente empate, la magia de Leo, tal y como lo hizo ante el Leganés el pasado domingo, volvió a aparecer. Recogió un rebote en el área, miró a portería y sumó otro, y ya van 20, goles a su cuenta. No se cansa de ganar. No se cansa de ser protagonista.
Si el Barça de Luis Enrique, a día de hoy, sigue guardando alguna opción para proclamarse campeón, sin duda alguna, depende en gran parte a la magia de Leo. Que le guarden y cuiden, que de aquí al final de temporada seguro que necesitarán que vuelva a aparecer.