El templo se rinde a D10S

Una foto, una sola foto sirve para evidenciar la grandeza de Lionel Andrés Messi y lo que supone para la afición blaugrana. El argentino no cuajó su mejor partido ante el PSG, pero su mera presencia en el césped sirve para que los rivales tengan el suficiente miedo como para temer a la bestia argentina.

Marcó de penalti y fue peligroso a balón parado y aunque Neymar resultó más decisivo, el Camp Nou quiso demostrar su cariño a su ídolo. No estuvo tan fino como en otras grandes noches y su equipo lo notó por momentos e incluso parecía que no era su noche. El gol de Sergi Roberto llevó el éxtasis a la grada, a los jugadores, al banquillo y a todos los aficionados culés del mundo entero. 
La instantánea de Messi celebrando el gol en la grada con los aficionados evidencia su sentimiento por el escudo y su cariño por la afición. Preso de la 'locura' del gol de la victoria, no dudó en subirse a su altar improvisado y ser contemplado en todo su esplendor por la parroquia azulgrana, que vio como su jugador insignia festejaba con ellos un momento para la historia. 
Más de 90.000 personas rendidas a un equipo, a un partido sublime y a un jugador que, incluso en su versión más humana, demostró que para la afición blaugrana roza lo divino.