Valverde: "Hemos podido resolver"
Ernesto Valverde analizó el empate cosechado por su equipo en Vigo, en Balaídos, ante el Celta en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey.
El técnico del Barcelona confesó que “es verdad que podíamos haber logrado un mejor resultado aunque ellos también han tenido ocasiones. Ha sido un partido muy disputado. Ellos iban con una presión alta con peligro en sus contras y nosotros también. Ellos han ido cayendo en el segundo tiempo". "Hemos podido resolver pero no lo hemos hecho. Estoy contento con el trabajo del equipo pero está todo por decidir en el partido de vuelta” añadió.
Valverde es consciente de que hubo fases del partido en las que a su equipo le costó imponerse ya que, según el extremeño, “cuando tiras la presión tan alta, cuesta mantenerla todo el partido. El campo estaba pesado y peligroso. Luego hemos dado un paso adelante y hemos podido jugar cerca de su área a diferencia de la primera parte cuando hemos tenido ciertos desajustes. Al final hay que jugar 90 minutos y hay que saber llevarlo siempre”.
Inevitablemente, Ernesto Valverde fue preguntado por José Arnáiz y Ousmane Dembélé, dos de los protagonistas del partido. El extremeño se mostró encantado con el futbolista del filial, que acumula tres goles en tres apariciones con el primer equipo, aunque admitió que “es un delantero que en el ‘B’ juega en el costado pero se desenvuelve bien delante como hacía en el Valladolid" en referencia a la posición que ocupó sobre el campo, como futbolista más adelantado en ataque. "Tiene desparpajo y gol, como demuestran los tres goles en esta competición y considerando los problemas que tenía arriba, he considerado que jugara”, añadió.
Por otra parte, concluyó comentando que pretendía que Dembélé, en su vuelta al equipo,“ jugara en una posición con menos obligaciones defensivas ya que el partido estaba un poco tenso en ese momento. Para ser un jugador que volvía después de casi cuatro meses quería que se fuera encontrando poco a poco con el ritmo. Y para Arnaiz, el ritmo de un partido de Primera era excesivo”.