El hispano-brasileño del Barcelona Rafinha Alcántara volvió a jugar ante el Espanyol después de 290 días después y dos operaciones, en un partido que huele a despedida, debido al interés del Inter de Milan en contratarlo en este mercado invernal.
El menor de los Alcántara, una apuesta del anterior técnico barcelonista Luis Enrique Martínez, se lesionó en abril del 2017 en un partido contra el Granada y tuvo que se intervenido el 7 de abril de una fisura en el menisco interno de la rodilla derecha por el doctor Ramon Cugat.
Como no mejoraba de la misma y continuaba con molestias, Rafinha tuvo que volver a pasar por el quirófano a principios de octubre para solventar los problemas que persistían.
A finales de diciembre, el internacional brasileño volvió a entrenarse con el equipo y su futuro es una incógnita, ya que el técnico Ernesto Valverde dijo que deseaba ver en acción a Rafinha para valorar al jugador.
"Está con nosotros y todos los jugadores que están con nosotros pensamos que nos pueden ayudar. Es verdad que Rafinha ha estado lesionado y que tenemos muchos jugadores, pero se está entrenando bien", dijo Valverde tras el partido copero ante el Espanyol, en el que jugó el cuarto de hora final en sustitución de Denis Suárez.
Mientras tanto ya se han activado los contactos del Barcelona con el Inter de Milan, con una reunión entre el director deportivo interista Piero Ausilio y los responsables barcelonistas en este tipo de negociaciones, el director general Óscar Grau y el mánager deportivo Pep Segura.
La cláusula de rescisión del jugador es de 40 millones de euros, una cantidad a la que no piensa llegar el club interista, aunque podría aproximarse.
La salida se podría producir mediante una cesión durante el mercado invernal con una cláusula de venta obligatoria el próximo verano de 35 millones de euros.