Víctor Martí.Barcelona, 28 may .- No por esperado, el descenso del Barcelona B se convierte en una piedra en el zapato para la dirección deportiva del club azulgrana, que apostó por un proyecto cuyo objetivo principal era mantenerse en LaLiga 1/2/3 a toda costa.
Un año después de conseguir lo más complicado -ascender a la Segunda División-, el filial azulgrana dijo adiós el domingo a la categoría de plata después de empatar en la penúltima jornada ante el Albacete (0-0).
Un descenso que certificó la temporada irregular de un equipo que pagó caro un bache de once partidos sin ganar en la fase decisiva de la segunda vuelta.
En ese periodo, el club intentó variar el rumbo con un cambio en el banquillo. Destituyó a Gerard López y su lugar lo ocupó Francisco Javier García Pimienta, técnico del equipo que este curso conquistó la Liga de Campeones Juvenil.
Con García Pimienta, que salvo sorpresa seguirá pilotando el barco el próximo curso, el filial azulgrana mejoró sustancialmente sus registros con un balance de un empate, dos victorias y dos derrotas, pero no fue suficiente para salvar la categoría, el objetivo principal de la dirección deportiva en el inicio de la temporada.
El club planificó una plantilla para no pasar apuros en la división de plata. Por ello, se cerraron hasta once incorporaciones en el mercado de verano, a las que se sumaron cinco más en la ventana de invierno.
De estas 16 entradas, cinco -'Choco' Lozano, Concha, Trápaga, Moha y Konyk- no completaron la temporada con el filial, mientras que entre los que siguieron en el club Íñigo Ruiz de Galarreta, David Costas, Rivera y Nahuel se erigieron como titulares indiscutibles.
Capítulo aparte merece Jose Arnaiz, fichaje estrella en agosto, a quien una inoportuna pubalgia le impidió jugar durante buena parte de la segunda vuelta. Hasta la fecha, el delantero de Talavera de la Reina se había convertido también en titular indiscutible y en uno de los puntales en ataque del equipo junto a Carles Aleñá.
Pero con el centrocampista de Mataró, máximo goleador del equipo con 11 tantos, no bastó. Al Barcelona, además de jugadores que entendieran la filosofía de toque que desde la llegada de Johan Cruyff se instauró en el club, le faltó algo más de puntería, sobre todo durante la racha de once partidos sin ganar.
Como repitieron en la presentación de García Pimienta, Guillermo Amor y Jose Mari Bakero responsables del fútbol formativo, el objetivo primordial del club era asegurar la permanencia.
"Nos interesa tener al filial en la máxima categoría posible. Ya nos costó mucho la temporada pasada y fue mérito de Gerard. Mirando la historia puede ocurrir que han subido muchos jugadores estando el filial en Segunda o Segunda B, pero nos interesa tener al B en Segunda", recordó Amor.
Pero los planes no se han cumplido y ahora los responsables de la parcela deportiva deberán cambiar de rumbo porque algunas de las incorporaciones de la presente temporada han jugado en el Barcelona B en condición de cedidos.
Son los casos de Vitinho, David Costas, Samu Araujo, Nahuel, Rivera y Hongla, cuyas cesiones terminan el próximo 30 de junio. Tampoco jugará en el filial el próximo curso Carles Aleñá, que formará parte de la plantilla del primer equipo.
Así las cosas, el club tiene una buena oportunidad para confiar en juveniles como Riqui Puig, Carles Pérez y Abel Ruiz, campeones todos ellos de la 'Champions' juvenil.
Falta ver si estos jugadores están por la labor de jugar en Segunda División B, pero García Pimienta, tras confirmarse el descenso, parece tenerlo claro.
"Hemos luchado hasta el final, pero no ha podido ser. El año próximo estaremos en Segunda B, pero continuaremos trabajando, con un proyecto nuevo, fieles a nuestro estilo, y con el objetivo principal de preparar a nuestros jugadores para cuando el primer equipo los necesite. Gracias por el apoyo. ¡Força Barça!", escribió el técnico del filial en su cuenta de Twitter.
Una declaración de principios que invita a recuperar las esencias.